Otra forma de leer con el Kindle de Amazon
El e-reader facilita la experiencia de lectura gracias a aplicaciones como Instapaper, un so ware que guarda los contenidos para que los veamos cuando nos venga bien.
Si los amantes de esta revista han sido buenos, es posible que los Reyes les hayan traído uno de los cuatro millones de lectores de libros electrónicos Kindle que se han vendido en las pasadas fiestas de Navidad. Yo fui una santa y me cayó el que les pedí, uno de bolsillo, sin teclado ni pantalla táctil, con wifi y batería para un mes. Es perfecto para leer, sobre todo para estudiantes, profesionales especializados y consumidores de títulos minoritarios o lenguas extranjeras. Pero yo no lo quería para devorar libros, sino para seguir leyendo artículos en la Red sin que me lloren los ojos cuando me voy a dormir. Por eso, lo que más me gusta del Kindle es Instapaper, la sencilla herramienta que te guarda páginas para leer más tarde. Cada vez que compramos un libro digital en Amazon, el contenido se materializa en nuestro lector, sin que tengamos que enchufarlo al ordenador, por arte y gracia de su discreta antena wifi. Por otra parte, con cada Kindle, Amazon nos da una cuenta de usuario y una dirección de correo –la mía es martapeirano@kindle. com– a la que podemos enviar libros, textos y enlaces que aparecerán en nuestro dispositivo de la misma manera. Evidentemente, no todo el mundo puede mandarnos contenido; en nuestra cuenta de usuario gestionamos las direcciones de correo de las que aceptamos entregas, para así evitar el spam. Al registrarnos en Instapaper.com, el sistema nos proporciona una dirección de e-mail que debemos añadir a la lista de direcciones aprobadas y un icono para arrastrar a la barra del navegador que pone Read later, esto es, `leer más tarde'. A partir de entonces, cuando abrimos un artículo en cualquier página, blog o periódico, podemos pinchar el botón Read later y encontrarlo después en nuestro Kindle, como un boletín de favoritos, pero perfectamente legible, ordenado y archivado según la fecha correspondiente. Y dado que mi Kindle básico es un dispositivo para leer y no una tableta para navegar, caso de su primo Fire o su competencia, el ipad, los artículos llegan sin la cadena de enlaces, galerías y noticias relacionadas que normalmente me distraen antes de conseguir alcanzar el tercer párrafo. Mi cabeza está limpia y mis ojos descansados, porque la pantalla es tan inofensiva como la de un cartón de leche. Por fin puedo leer en la Red sin que la Red se coma mis horas del día.