Claves para una buena historia
la autocompasión y el tono melodramático no se llevan. Cualquier hecho puede contarse con naturalidad.
5. Relativismo moral. No hay buenos muy buenos ni malos muy malos. Los personajes actúan según su escala de valores particular que algunos juzgarán ética y otros no.
6. Autocontrol. Cada protagonista tiene que llevar las riendas de su vida. Ya nadie cree en el destino trágico. Si los héroes no consiguen sus objetivos a la primera, si- guen insistiendo porque pueden sobrellevar la frustración.
7. Mezcla de emociones. No hay que provocar un sentimiento unívoco. Es más eficaz mezclar comedia con tragedia, enfado con alegría y humor negro dentro del drama, como pasa en la vida.
8. Precisión psicológica. Los implicados en la historia tienen problemas concretos que deben resolver. No vale generalizar. Su valor en muchos aspectos no excluye los miedos y zonas oscuras. Las historias de miedo que asustaban hace 30 años hoy dan risa, los folletines amorosos no hay quien se los crea y la ciencia ficción ha quedado anticuada. Para actualizar la habilidad como cuentacuentos, usa estos ingredientes:
Dinamismo. Ya no valen historias estáticas cuyos protagonistas triunfan desde el principio o fracasan para siempre. Deben pasar por cambios.
1.
El mundo es global y en él conviven personas distintas con capacidades y problemas diferentes, como reflejan muchos guiones.
Brevedad. Los narradores prolijos pierden público en la era de Twitter. Funciona la capacidad de síntesis, de sugerir con lo mínimo y encerrar algo profundo en un texto corto.
Distancia emocional. La exageración de lo negativo,
3.
4.