La ciencia que viene
Qué nos queda por descubrir? ¿Qué secretos encierran aún la materia, la vida, nuestro mundo, el universo? La explosión de progreso tecnocientífico que la humanidad ha vivido en el último siglo estimula la imaginación y nos hace fantasear con un futuro mejor y diferente al presente que habitamos. Pero conviene ser cautos: quizá no lleguemos a ver, todavía, la vacuna definitiva contra el cáncer, ni a conducir vehículos de hidrógeno por nuestras autopistas y ciudades; quizá nuestros nietos no hagan viajes interestelares ni jueguen con robots humanoides en un paisaje de energías limpias e inagotables. Más probablemente, los próximos avances de la exploración biomédica y tecnocientífica tendrán que moverse entre lo medioambientalmente urgente, lo socialmente necesario y lo económicamente posible. En nuestro dossier central –coordinado por Enrique Coperías y elaborado, mano a mano, por Elena Sanz y Ángela Posada-swafford– recogemos las diez líneas de investigación que, según los expertos, van a ser una realidad muy pronto. Son una decena de sueños casi cumplidos, ciencia extrema, y una sola persecución del conocimiento que da significado a la propia existencia humana. Y en ese sentido los españoles no podemos sentirnos muy optimistas: nuestro país no estará –tras el tremendo recorte del 25 % a la I+D+I en los presupuestos generales del Estado, el tercero en tres años– en la primera división de la ciencia mundial. Tal vez sí nuestros preparadísimos investigadores, pero solo si trabajan en el extranjero... No nos autoengañemos (ver página 30).