Autoengaño: pros & contras
Disfrazar la realidad es un arma psicológica que mejora nuestras expectativas vitales. Pero entraña riesgos, según los expertos.
Un artículo de luis muiño gen mejorada que tiene de sí mismo. Y es que todos usamos máscaras ante el espejo para disimular los defectos y sentirnos cómodos en nuestra piel. Esta estrategia cotidiana ha despertado el interés de neurólogos, psicólogos y antropólogos, y estudios recientes han descubierto, por ejemplo, que no nos importa saber la verdad de unos aspectos de nuestra vida y personalidad mientras que de otros hacemos lo indecible por ocultarlos. Así, solemos ser sinceros en cuestiones que no afectan a nuestra valía y autoestima, pero en el caso contrario no dudamos en recurrir al más indulgente lifting psicológico. Escurriendo el bulto. Jonathan D. Brown, psicólogo social de la Universidad de Washington, ha investigado las ventajas e inconvenientes de ser realistas en el conocimiento personal. Su conclusión es que, en las cuestiones que podrían generarnos culpabilidad, solemos falsear el concepto que tenemos de nosotros mismos para salir indemnes y no caer en la vergüenza y la autocompasión. Por ejemplo, respecto a los actos pasados que ya no podemos cambiar, parece más adaptativo exculparnos y convencernos de que no fuimos responsables. Los agentes de tráfico y los peritos de seguros están habituados a escuchar explicaciones del tipo “La farola apareció de pronto y no pude esquivarla” y “Yo no hice nada, me embistió el coche que venía detrás”. Dan fe de que, aunque no podamos alterar el pasado, sí podemos contarlo de manera que nos resulte más favorecedor.
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