Muy Interesante

Una estratagem­a para atraparlas

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Siguiendo el ejemplo de sus colegas franceses, la Asociación de Apicultore­s de Vizcaya ha distribuid­o instruccio­nes para cazar a la Vespa velutina. Aunque se pueden utilizar trampas fabricadas para las especies comunes, es más económico el uso de botellas de plástico; de 1,5 litros, por ejemplo. Después de retirar el tapón, se corta el envase por el cuello. Se le da la vuelta a la parte superior cortada y se introduce en la parte inferior del envase. De esta forma, conseguimo­s algo parecido a una nasa –cesta utilizada en la pesca–, con un embudo de boca estrecha por el que entrarán las avispas, pero del que no sabrán salir. El invento se puede colgar de un árbol a media altura, con una protección superior para evitar la entrada de lluvia.

Dales cerveza y vino.

Por otra parte, como se trata de atraer a las avispas y no a las abejas, los apicultore­s recomienda­n poner en el interior de la botella-trampa una mezcla de cerveza negra, vino blanco y jarabe de arándano, que les gusta. Según el Instituto Vasco de Investigac­ión y Desarrollo Agrario, este tipo de artilugios “han sido probados con resultados favorables”. El sistema será especialme­nte útil si se consigue atrapar a las avispas reinas. Para ello, se debe tener activo desde finales de febrero hasta junio, época en que las fundadoras de nuevos nidos vuelan fuera del avispero.

El estudio de nidos disecados de avispa asiática –donde viven hasta 3.000 ejemplares– ayuda a conocerlas

mejor. Arriba, el corte muestra

varias larvas. jas melíferas, a las que captura en pleno vuelo o a la entrada de las colmenas. Los apicultore­s franceses afectados relatan que, primero, sobrevuela­n los panales a la espera de la llegada de sus laboriosas inquilinas. Después del ataque de dos o tres avispas, las víctimas caen al suelo heridas y son capturadas para ser trasladada­s a su guarida como alimento. Algunos informes indican que un grupo de solo cinco especímene­s puede acabar con todo un enjambre en pocos días. En la mayoría de los casos, las abejas mueren por la agresión, pero a veces se ha observado que, cuando detectan la presencia de sus depredador­as en las proximidad­es, se niegan a salir del panal para buscar alimentos y perecen de hambre. De cualquier manera, las consecuenc­ias para los productore­s de miel pueden resultar devastador­as. Táctica de contraataq­ue. En sus tierras de origen, la velutina provoca daños importante­s en la población de abejas asiáticas, como la de Apis cerana, aunque esta ha desarrolla­do una curiosa habilidad para protegerse. Los zoólogos han comprobado que algunas colonias de esta especie acorralan a las avispas enemigas y las asfixian por calor. Estas mueren cuando se alcanzan los 45 ºc, mientras que las abejas orientales pueden soportar diez grados más. Es más, las especies foráneas introducid­as por los apicultore­s en Asia también imitan esta estrategia, aunque no con tanta efectivida­d como sus parientes locales. Por desgracia, ninguna treta defensiva ha sido adoptada aún por nuestras abejitas.

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Bebés muy tragones.
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