La nueva acuópolis
Este superlaboratorio oceánico podría estar listo en 2013
El arquitecto francés Jacques Rougerie reconoce que la obra de Julio Verne ha inspirado en buena parte el diseño de su espectacular laboratorio oceanográfico Sea Orbiter . Su idea era desarrollar un centro de investigación ecológico que permitiera observar in situ y durante largos periodos de tiempo los ecosistemas subacuáticos, los procesos naturales que afectan a las grandes masas de agua y el impacto que tienen en ellas las actividades humanas. Proyecto interdisciplinar. A finales de los años 90, Rougerie compartió algunas de sus inquietudes con el ingeniero suizo Jacques Piccard, que en 1960 había descendido junto con el estadounidense Don Walsh al punto más profundo del océano, en la fosa de las Marianas. Según se desprende de unas declaraciones realizadas por el arquitecto al diario galo Le Télégramme, Piccard ya tenía en mente un modelo de instalación científica similar, así que su aportación fue decisiva para impulsar el proyecto. Este ha ido sumando investigado-
← Con vistas al abismo. res pertenecientes a muy distintos campos, como el astronauta JeanLoup Chrétien, Bill Todd, director del programa de entrenamiento NEEMO de la NASA, o Kjell Holden, del Instituto de Investigación sobre Tecnología Marina, en Noruega, que construyó el primer modelo a escala del Sea Orbiter. Mitad barco, mitad submarino. Si se cumple el calendario previsto, la embarcación podría botarse a mediados de 2013. En cualquier caso, dará que hablar. Y es que más de la mitad de su estructura –31 de los 51 metros que mide de alto– ha sido diseñada como si fuera un observatorio submarino. En esa zona presurizada, ocho acuanautas estudiarán los océanos como nunca antes. Además, podrán acceder directamente al medio marino y contarán con vehículos y cámaras robotizadas que les permitirán tomar muestras y realizar filmaciones a cientos de metros de profundidad. Sobre ellos, diez tripulantes les proporcionarán los suministros y se ocuparán de las comunicaciones y los sistemas de navegación. También llevarán a cabo observaciones en superficie de otros fenómenos relacionados con este biotopo, como los desplazamientos de algunas especies migratorias. El Mediterráneo y el Atlántico, donde el Sea Orbiter iniciará un amplio estudio de la corriente del golfo, serán los primeros enclaves que visitará esta nave. En palabras de Rougerie, esta nos permitirá mantener una ventana abierta a los océanos y comprobar “el importantísimo papel que estos juegan en el frágil equilibrio de nuestro planeta”.