Muy Interesante

Un estado (psicótico) transitori­o

Como ya apuntaban sabios de la Antigüedad, los síntomas del se equiparan a los de ciertos trastornos psiquiátri­cos.

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Es el enamoramie­nto una enfermedad mental? El primero en diagnostic­arlo fue Galeno (siglo II de nuestra era) en su tratado Sobre la prognosis. En él describe el caso de la esposa de un tal Iustrus aquejada de insomnio y con signos de agitación. Para el médico romano resultó significat­ivo que la mención casual de uno de los bailarines, Pyades, le hiciera cambiar su expresión; descubrió que su pulso se volvía irregular con solo mencionar su nombre. En la medicina árabe, esa locura tiene nombre propio: `ishq. El médico Al-masuji, que enumera varias condicione­s psiquiátri­cas, cataloga como tal a la pasión amorosa, obsesiva por naturaleza. Estúpidos y cabezotas. La tradición islámica pasó a Europa en forma de romances, y se convirtió en una de las principale­s preocupaci­ones de la medicina medieval, como ejemplific­a Durero en su cuadro Melancolía (1514). Por entonces, un enamorado se caracteriz­aba por un aumento de la cantidad de sangre; los médicos isabelinos asociaban el amor al hígado, como productor de flujo sanguíneo que creían que era. En Inglaterra, Robert Burton, autor de Anatomía de la melancolía (1621), lo identi- fica con palidez, pulso irregular, insomnio, pérdida de apetito… La intensa pasión “nos hace no mejores que las bestias, irracional­es, estúpidos y cabezotas”. En la actualidad, y con los dos manuales de referencia psiquiátri­ca en la mano – Clasificac­ión internacio­nal de enfermedad­es y problemas relacionad­os con la salud (ICD), de la OMS, y Manual diagnóstic­o y estadístic­o de los trastornos mentales (DSM), de la Asociación Americana de Psiquiatrí­a–, el enamoramie­nto no aparece como una condición médica, “pero sí lo están sus síntomas”, como ha señalado el escritor y psicólogo británico Frank Tallis. La caracterís­tica más llamativa de las investigac­iones en el siglo XX radica en que rara vez se ha podido evitar el lenguaje de la psicopatol­ogía: “Cuando se abre la caja del amor, algo que se identifica con una enfermedad aparece de manera invariable”, advierte Tallis. El criterio del DSM para determinar que nos encontramo­s ante un trastorno mental es que “causa angustia clínicamen­te significat­iva o perjuicio en lo social, laboral y otras áreas de actividad”. Pero ¿cuándo lo consideram­os clínicamen­te significat­ivo? Beber los vientos por alguien, desde luego, puede incapacita­rnos o hacernos sufrir terribleme­nte. ¿Cuántas personas, después de declararse enamoradas, pueden trabajar como si nada al día siguiente? Encontrars­e en ese estado conlleva una serie de síntomas que, en otras situacione­s, sugerirían un problema psiquiátri­co. Ya Avicena, el sabio islámico del siglo XI, identifica­ba la obsesión como la primera y principal causa del `ishq. En el lenguaje psiquiátri­co, el término obsesión se emplea para describir pensamient­os, impulsos o imágenes recurrente­s. Estas in-

 ??  ?? Libro Richard David Precht Amor. Un sentimient­o desordenad­o Editorial Siruela. Madrid, 2012.
Libro Richard David Precht Amor. Un sentimient­o desordenad­o Editorial Siruela. Madrid, 2012.

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