La fiebre del oro
Si la obtención de caoba es uno de los móviles para la deforestación de la Amazonia, en los últimos años ha surgido con fuerza otra causa: la minería del oro, estimulada por la subida del precio de este metal. Según un estudio de la Universidad Duke combinado con imágenes de satélite de la NASA, entre 2003 y 2009 desaparecieron 7.000 hectáreas de humedales en Perú por esta razón. Para Jennifer Swenson, una de las autoras de la investigación, “no hay una gran empresa minera detrás de las explotaciones; los responsables son mineros autónomos que suelen carecer de la tecnología necesaria y no saben limitar la liberación del mercurio, altamente contaminante, que usan para procesar el oro”.
La Amazonia contiene también reservas de petróleo, que han llevado a la destrucción de vastas zonas boscosas. La empresa Texaco perforó en Ecuador 400 pozos, actividad que produjo la contaminación de otras 7.000 hectáreas de selva. gota de agua en el mar, si se trata de mitigar el cambio climático. “El tope de emisiones de carbono a la atmósfera no debería superar las 18 gigatoneladas (Gt) al año, pero estamos en 52 Gt. Y la cifra no baja: en 2020, incluso con todos los esfuerzos que hacemos, posiblemente generemos 61 Gt. Y además habrá más gente. Ahora somos 7.000 millones y en 2050 la población mundial alcanzará los 9.000 millones, con lo cual será más difícil combatir el calentamiento. No sé si será imposible, pero sí sé que en Brasil el 60 % de las emisiones de gases de invernadero son por la deforestación”.