El big bang de las apps
Se han colado en nuestras vidas, pero la desbordante oferta de programas adaptados a los dispositivos móviles puede intimidar. Nuestro experto Ángel Jiménez de Luis ha escogido un centenar de aplicaciones para sacarle el jugo a tu tableta o smartphone.
Deslizas el dedo por la pantalla y aparecen con sus colores vivos y sus formas redondeadas, como pequeños caramelos. No se puede negar que el negocio de las apps –la abreviatura de la palabra inglesa applications, o sea, aplicciones– tiene su lado dulce. El año pasado, los usuarios de teléfonos y tabletas de Android –el sistema operativo de Google– e iOS –Apple– se bajaron más de 25.000 millones de aplicaciones en todo el mundo, según la empresa de análisis norteamericana Flurry. Aunque estas dos plataformas dominan abrumadoramente el mercado, también las hay para terminales Symbian, BlackBerry, Windows Phone y otros modelos más simples. Tal volumen de descargas supuso un movimiento de casi 20.000 millones de dólares y, solo en EE. UU., la creación de más de medio millón de puestos de trabajo. En su mayoría, estos corresponden a pequeñas compañías que han encontrado una inesperada fuente de beneficios. Sus productos pueden pasar desapercibidos en los siempre crecientes catálogos de Apple y Google –la App Store y Google Play, respectivamente– o convertirse en un éxito de la noche a la mañana. Es el caso de Angry Birds, el famoso juego de los pájaros enfadados: sus inventores ingresaron en 2011 más de cien millones de dólares. Cambian las reglas de juego. No está nada mal para un fenómeno con apenas cuatro años de vida. Las aplicaciones han acompañado a los smartphones desde principios de la década pasada, sí, pero la llegada del iPhone y los dispositivos Android, con sus tiendas centralizadas y su esquema fijo de precios, las convirtieron en un negocio que está revolucionando muchos sectores, desde los videojuegos a la medicina. España no es inmune a la fiebre. Casi cinco millones de personas usan apps en nuestro país, según un informe de The App Date, una serie mensual de eventos centrados en desarrolladores que se celebra en Madrid. El 32 % de los usuarios de móviles inteligentes han abierto al menos una en la última semana y, como media, tienen instaladas veinte en su dispositivo. En total, se descargan más de 1.400.000 al día, unas 16 por segundo. Por definición, se trata de programas informáticos pequeños, simples y muy específicos. También baratos, si los comparamos con el software tradicional de PC: el precio medio no llega a los tres euros en la plataforma iOS, y algo menos en Android. De hecho, muchos son gratuitos y se financian con publicidad o con compras de servicios y prestaciones extras. Eso explica por qué los consumimos de forma compulsiva: casi dos tercios de las aplicaciones descargadas en el teléfono se olvidan o eliminan al cabo de un mes. Un año después, ya solo sobrevive el 4 %. En las próximas páginas te proponemos 100 apps de las que cuesta más deshacerse. Por lo menos, merece la pena echarles un ojo; o mejor dicho, ponerles el dedo encima.