Comienza la era de la televisión por satélite
Se cumple medio siglo del lanzamiento del Telstar 1, un satélite de comunicaciones que conectaría Europa y América. El mismo día, un ingeniero de Volvo patentaba el moderno cinturón de seguridad.
El 10 de julio de 1962 se puso en órbita el Telstar 1 , una 1 esfera de 87 cm de diámetro cuya misión era transmitir señales telefónicas y de televisión entre América y el Viejo Continente. El ingenio, construido por Bell Telephone Laboratories, tardaba 2 horas y 37 minutos en completar su recorrido, que seguía una trayectoria elíptica. Cada vez que pasaba sobre el Atlántico, se veía simultáneamente durante veinte minutos desde las dos estaciones que lo monitorizaban, lo cual marcaba la duración máxima de una retransmisión. Avance intercontinental. Poco antes de la medianoche de aquel día, los técnicos norteamericanos activaron el satélite, y durante siete minutos emitieron una imagen que fue cap- tada en una estación francesa. La primera prueba realizada desde Europa incluyó una intervención del ministro galo de telecomunicaciones y una grabación de La chansonnette interpretada por Yves Montand. La intervención pública que estrenó mundovisión fue una rueda de prensa en directo que el presidente John F. Kennedy dio el 23 de julio. Charlas de altura. Toda aquella iniciativa había surgido como consecuencia del atasco que a finales de los años 50 sufrían las comunicaciones telefónicas entre Europa y América y que se realizaban a través de cables submarinos. La firma de un protocolo de colaboración entre Francia, el Reino Unido y EE. UU., cuyo fin era poner en marcha un sistema vía satélite, trató de solventar el proble- ma, que frenaba el desarrollo económico. El Telstar, por otra parte, evitaba las dificultades derivadas del suministro eléctrico, ya que estaba equipado con baterías de níquelcadmio que se recargaban gracias a 3.600 células fotoeléctricas alimentadas por energía solar. Eso sí, su reducida potencia (14 vatios) exigía construir en tierra antenas enormes.
Unas orejas gigantescas. En 1961 se alzó una estación en Andover (Maine) equipada con una antena móvil en forma de cuerno paraboloide de 25 metros de diámetro y 340 toneladas. Estaba protegida por un radomo de poliéster que tenía la altura de un edificio de 14 plantas. En Europa se situaron dos, una en Goonhilly Downs (Cornualles, Reino Unido) y otra en Pleumeur-Bodou, en la Bretaña francesa. Desde aquellas instalaciones se debía localizar la sonda, que se movía a más de 28.000 km/h y a casi 5.000 km de altura. El Telstar dejó de operar el 21 de febrero de 1963, víctima de las radiaciones originadas por la pruebas nucleares de la Guerra Fría, que dificultaron su funcionamiento.