Bitcoin, un futuro almacén de ADN
Genecoin se presenta como un servicio que permite incluir tu información genética en la red de esta divisa.
La pregunta más importante que deberíamos hacernos sobre Bitcoin no es quién usa esta famosa moneda virtual, o si es lo suficientemente estable, o incluso si es legal usarla –por cierto, sí lo es, salvo que se emplee para comprar armas, cocaína...–.
En realidad, Bitcoin es una colaboración internacional no coordinada en la que cientos de miles de personas ceden espacio mental de sus ordenadores para excavar una criptodivisa de origen incierto con intenciones aún más inciertas. Por ello, mientras pensamos en cómo aumentar nuestra velocidad de proceso para desenterrar más de estas monedas y en qué nos las podemos gastar, la cuestión clave debería ser: ¿sobre qué cavila Bitcoin? Pues bien, según el portal Genecoin, podría estar pensando en el genoma humano.
La idea tras este proyecto es construir un censo universal de ADN que será permanentemente archivado en el cerebro de la bestia. “Bitcoin es en realidad un censo distribuido, una manera de archivar información en cientos de miles de ordenadores en cada rincón del mundo”, se explica en su web. La generación que ha crecido viendo los capítulos de CSI se mostrará escéptica: ¿dejar yo mi huella más personal e intransferible en la era de la biométrica en una nube descentralizada controlada por Dios sabe quién? Para tranquilizar a esos luditas, Genecoin nos asegura que se observarán las más estrictas reglas de confidencialidad.
Y nos ilustran con lo siguiente sobre el ADN: “Los humanos hemos preservado el material genético pasándolo de generación en generación, un método increíble, pero básicamente inseguro. Nosotros grabamos tu ADN en el material más indestructible de nuestra cultura: el dinero”. La patochada es tan hilarante que solo queda pensar que se trata de una parodia. Desde ese punto de vista, Genecoin sí resultaría interesante, como una forma de polemizar sobre las mentiras del progreso. La idea es que el usuario recibe un kit para recolectar muestras. Una vez analizadas, su genoma se convierte en datos y después, supuestamente, en divisa. El poder de esta definirá nuestro grado de exposición en la Red: cuanto más importantes somos, más se distribuye nuestro genoma. Darwin estaría más confuso que halagado.