3. El calentamiento a través de los pingüinos
Las dos especies de pingüinos que viven en la Antártida –adelaida ( Pygoscelis adeliae) y emperador ( Aptenodytes forsteri)– luchan por adaptarse al aumento de las temperaturas que afecta a su hábitat. Estas aves constituyen un depredador clave en los ecosistemas del océano Austral, por lo que su situación resulta un indicador fiable de cómo se altera la región a causa del cambio climático. El equipo del proyecto Penguin Science estudia diversas colonias de pingüinos y cuenta con un amplio conocimiento de la capacidad adaptativa de los adelaidas, gracias a dos fuentes de datos: los anillos acoplados a sus patas desde hace quince años, y un repositorio de sus huesos y cascarones de huevos de 45.000 años de edad preservados en el hielo polar.
Por contra, los investigadores saben relativamente poco de los ajustes de los pingüinos emperador frente al calentamiento global, ya que estos se reproducen en lo más duro del invierno y, por tanto, resulta más difícil investigarlos. Sin embargo, hay un elemento común a ambas especies: son muy sensibles a los cambios en las condiciones del mar y al no volar les resulta difícil sobrevivir a una disminución en las presas disponibles.
Penguin Science comenzó su labor en 1996. Este año, su tarea se ha centrado en averiguar si las habilidades de caza de estas aves son heredadas o adquiridas, y en predecir cómo se verán afectadas aquellas a medida que se derrite el hielo.
Proyecto: Penguin Science Lugar: Costa suroeste Personal: 8 Países implicados: Brasil, EE. UU., Francia, Italia, Australia y Nueva Zelanda Web: penguinscience.com