Las nuevas reinas del hogar
Solo hace cuatro años que existen, pero ya se han convertido en una herramienta imprescindible para llenar nuestras horas de ocio. Su versatilidad, su facilidad de uso y su precio explican el fulgurante éxito de las tabletas.
Nacieron en 2010, y, desde entonces han crecido y se han multiplicado a la velocidad de la luz. El Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI) señala que el parque español de tabletas ya rozaba los ocho millones de unidades en marzo. Pero la fiebre por estas pantallas personales es un fenómeno universal: en 2014 se venderán en todo el mundo 256 millones, según la compañía Gartner.
Todo esto es comprensible, ya que seducen a primera vista. Pequeñas y ultra-manejables, podemos usarlas en cualquier parte y para cualquier cosa: chatear con un amigo en casa, ver una película en el autobús, leer un libro en la cama... Y la clave es que disponemos de cientos de miles de aplicaciones listas para descargar, la mayoría gratuitas. El último informe de The App Date apunta que, por término medio, hay 33 apps instaladas en cada dispositivo.
Otro atractivo es el precio: ya las podemos encontrar por menos de cien euros, aunque no es recomendable escatimar tanto. A las más baratas o bien les falta memoria o bien su pantalla no termina de obedecer a nuestros toques.
Fusión a la vista. En cuanto al sistema operativo que las hacen funcionar, las Android se llevan el 80% de la tarta. Este año, el iPad de Apple vuelve a perder fuelle en nuestro país y se queda en un 11,3 % del total, mientras que los modelos de Windows arañan el 3,5%. Por tamaño encontramos dos especies: las pequeñas, con pantallas de 7 u 8 pulgadas, y las de 10 pulgadas. Las primeras son más portátiles, aunque la experiencia de uso resulta menos confortable. Además, empiezan a verse modelos que crecen hasta las 12 o las 13 pulgadas, con vocación profesional. Se diría que el ordenador y la tableta podrían fundirse para ofrecernos el todo en uno antes de lo que pensamos.