Usamos muy pocas palabras
Todos los idiomas poseen palabras raras y únicas, como Backpfeifengesicht, un término alemán que puede traducirse como ‘cara que pide a gritos un guantazo’, y otras tantas que encontramos en libros como Elsignifica
dodeTingo, de Adam Jacot de Boinod. Sin embargo, según Mark Pagel, profesor de Biología Evolutiva en la Universidad de Reading, en el Reino Unido, el 25% de lo que decimos está conformado por apenas veinticinco palabras, lo que denota que todos hablamos de las mismas cosas y de idéntica forma con independencia del idioma empleado. Algunas de ellas son él,yo,tú,tener,ese,este,para e y.
ELLOS PREFIEREN ‘COÑO’ Y ‘JODER’. Incluso en la literatura, la mayoría de las palabras empleadas son siempre las mismas, como demuestra la ley de Zipf, una fórmula propuesta en los años 40 por el lingüista George Kingsley Zipf para averiguar con qué frecuencia aparecen en un texto. Por ejemplo, en Orgulloy
prejuicio, de Jane Austen, hay más de 6.000 diferentes, pero las más usadas se reducen a unos cientos. En la traducción al español, se trata de artículos y preposiciones. En el original en inglés, una de las más socorridas es the.
Además, que se utilicen unos términos u otros también depende del sexo del hablante. Tras crear una base de datos de conversaciones en el Reino Unido, los investigadores Paul Rayson, Geoffrey Leech y Mary Hodges, de la Universidad de Lancaster, concluyeron que en el léxico femenino aparecían con más frecuencia ella,su y di
jo. Los más característicos entre los varones eran coño,
joder y tía.