Cómo desconectar y recargar las pilas
Según Natalia Lagunas, profesora de Psicología de la Universidad Europea de Madrid, “el cerebro no descansa; si lo hiciese, moriríamos”. Sin embargo, matiza y reconoce que necesita ralentizar su actividad, sin dejarla del todo: “Es uno de los órganos que constituyen el objetivo de la sobrecarga alostática o desgaste fisiológico y psicológico que acumula el organismo debido al padecimiento de
estrés continuado”. Cuando este desgaste sobrepasa nuestros recursos físicos y mentales, Lagunas recomienda hacer cosas que contribuyan a la recuperación del bienestar como, por ejemplo, estas:
1. Busca un lugar calmado. Si es en plena naturaleza, mejor. Siéntate, apaga el móvil y concéntrate en lo que percibes a tu alrededor. Trata de vaciar el contenido de tu monólogo interno, deja de pensar y focaliza tu atención solamente en lo que ocurre cerca de ti. 2. Túmbate en un sitio cómodo, sin ruidos, y evita la compañía. Fíjate solo en tu respiración diafragmática o en los latidos del corazón. No pienses en otra cosa hasta que consigas dejar pasar todos los pensamientos. 3. Disfruta de un largo paseo, prestando atención al entorno. Piensa solo en el aquí y ahora.
4. Practica natación. El contacto con el agua es relajante per se y además nadar requiere concentración y garantiza que por unos minutos nos olvidemos de todo. 5. Vive nuevas experiencias. Hacer cosas por primera vez crea conexiones neuronales que no existían y un lazo más fuerte con las personas con las que las compartimos, lo cual aumenta los recursos emocionales y cognitivos. Experimentar sensaciones placenteras y gratificantes aumenta la producción de betaendorfinas y de serotonina, sustancias que reducen la sobrecarga alostática.