EL TEATRO DE LA ANTIGUA PÉRGAMO TENÍA CAPACIDAD PARA 10.000 ESPECTADORES
“E scribe en un libro lo que ves y mándalo a las siete iglesias: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea”. Esta frase, que figura en el Apocalipsis o Libro de las Revelaciones, fue el encargo que Jesucristo hizo a su discípulo Juan de Patmos, más conocido como san Juan Evangelista, para que advirtiera a los fieles de esos lugares de que se mantuvieran en la fe y se alejaran del pecado. Las citadas siete iglesias eran las primeras comunidades cristianas, situadas en siete ciudades de Asia Menor, en el oeste de Anatolia, junto a la costa del mar Egeo, que entonces formaban parte de la Grecia dominada por el Imperio romano y que hoy pertenecen a Turquía.
En realidad, aunque en aquel siglo I de nuestra era en que fue escrito el Apocalipsis había en la provincia romana de Asia Menor más de siete congregaciones de cristianos, los expertos creen que san Juan eligió ese número porque simbolizaba la plenitud y la perfección. Los mensajes que el evangelista mandó a cada comunidad variaron en función del comportamiento de sus fieles. Sardes y Laodicea fueron reprobadas como lugares de perdición. Éfeso, Pérgamo y Tiatira recibieron reproches más leves. Esmirna y Filadelfia, humildes
y perseguidas, se llevaron los elogios. A lo largo de la historia posterior, todas cayeron, antes o después, en manos de los turcos otomanos. Los restos que quedaron de ellas, en algunos casos en pleno centro de modernas ciudades, conforman un tesoro arqueológico de primer orden.
UN CIRCUITO POR LOS CAMINOS DE LA CULTURA Y LA HISTORIA
Nombrada Patrimonio de la Humanidad en 2015, Éfeso es la que conserva un conjunto monumental más importante. Aún se pueden admirar el enorme teatro, el odeón o la fachada de la biblioteca. De Pérgamo, que fue una potencia comercial de la Antigüedad, exportadora de perfumes, aceites y pergaminos, queda en pie parte de la acrópolis. Laodicea, a 6 km de la actual Denizli, luce con orgullo el estadio, el anfiteatro, la cisterna, el acueducto, los baños termales y el ninfeo. En Sardes se pueden ver restos del templo de Artemisa y ruinas de la época bizantina. En cambio, Filadelfia –el último asentamiento cristiano griego de Anatolia en caer en manos otomanas, en 1390–, Tiatira y Esmirna han sido más absorbidas por el urbanismo reciente, pero los arqueólogos trabajan para restaurar su pasado esplendor.