“Cuando trabajas en un solo campo, te estás limitando”
Esta joven científica española acaba de recibir una beca de investigación L’Oréal-UNESCO For Women in Science por su ya larga y prolífica carrera dedicada al estudio de las nanopartículas y su increíble potencial en medicina.
Por ESTHER PANIAGUA
No ha cumplido los cuarenta y ya ha trabajado con los mejores en su campo a nivel mundial. No es casualidad. Anna Laromaine (1978, Cassá de la Selva, Gerona) se doctoró en Química en 2005 con la calificación máxima – summa cum laude–, y su tesis ya dio para publicar doce artículos. Desde entonces, ha estado involucrada en importantes proyectos de investigación.
Entre los premios que ha recibido destacan el Fem.talent, por su capacidad de aunar las vertientes académica y emprendedora; y el Reach.Out! de divulgación, concedido por la Sociedad Europea de Investigación en Materiales junto con su equipo del Instituto de Ciencia de los Materiales de Barcelona (ICMAB). Y, además, es una de las cinco españolas becadas en la XI edición de las Bolsas de Investigación L’Oréal-UNESCO For Women in Science.
El trabajo de Laromaine conjuga tres disciplinas: la ciencia de los materiales, la química y la biología. Dentro del grupo de Nanopartículas y Nanocompuestos del IC- MAB se dedica ahora a crear sustancias o partículas de tamaño diminuto que puedan utilizarse en biomedicina y, además, tengan salida comercial. “Los materiales a escala nanométrica ofrecen propiedades útiles en muchos ámbitos de nuestra vida cotidiana”, apunta Laromaine.
De pequeña quería ser maestra, pero un profesor de bachillerato le contagió su pasión por la ciencia y, en especial, por la química. “Como se divertía explicándonos la asignatura y a mí se me daba bien, pensé que también yo podría divertirme como él”, recuerda. Así que se licenció en la Universidad de Gerona y decidió seguir la carrera de investigación con un doctorado. “Pasé un verano haciendo prácticas en el grupo del profesor Antoni Llobet y me cautivó la posibilidad de sintetizar moléculas. Los materiales que usamos, los fármacos, nuestra propia vida... Todo se crea a partir de ellas”, subraya Laromaine.
Tras valorar distintas opciones, eligió el ICMAB. Allí tenía –y tiene– su grupo de investigación la profesora Clara Viñas, cuya trayectoria conocía bien. “Además, era mujer, y de mi pueblo”, nos cuenta la científica. Durante la preparación de su tesis, enfocada al ámbito de la química inorgánica, trabajó para mejorar el tratamiento del cáncer mediante la llamada captura de neutrones de boro, elemento que se acumula en los tumores y luego es activado energéticamente para destruir las células malignas.
Cuando terminó el doctorado, hace once años, decidió que quería adentrarse en el mundo de la química aplicada de la mano de un referente internacional: Molly Stevens, directora de Investigación de Ciencias de Materiales Biomédicos en el Instituto de Ingeniería Biomédica del Imperial College de Londres. Consiguió una beca de la Generalidad de Cataluña y dio el salto a Gran Bretaña.
Su investigación allí se orientó hacia la aplicación de nanopartículas inorgánicas en biología. El blanco de