EL ÚLTIMO VUELO DE LA REINA DEL AIRE
Nacida
en Kansas en una familia acomodada –su abuelo era juez y su padre, abogado–, Amelia Earhart fue una niña inquieta y audaz, aficionada a coleccionar recortes de periódicos de mujeres famosas que sobresalían en actividades tradicionalmente masculinas. Fue enfermera voluntaria en la I Guerra Mundial y se enamoró de los aviones en 1920, cuando asistió a una exhibición aérea en Long Beach (California). Volar se convirtió en una vocación de por vida.
Sola en el océano. En 1923 obtuvo la licencia de piloto y en 1928 se convirtió en la primera mujer que atravesó el Atlántico como pasajera en un avión. En 1931 se casó con el explorador y editor George Palmer Putnam, y en 1932 hizo la primera travesía aérea del Atlántico en solitario, lo que le valió el reconocimiento del Congreso norteamericano. Earhart también fue miembro del Partido Na- cional de la Mujer y una de las promotoras de la Enmienda por la Igualdad de Derechos.
En medio de una fama que sobrepasaba su carácter reservado, esta mujer alta, elegante y de andrógina belleza completó el primer vuelo entre Hawái y California en 1935. Conocida como la Reina del Aire, dio conferencias por todo el país mientras su marido buscaba patrocinadores. Por entonces empezó a planear un viaje alrededor del mundo con el avión Lockheed Electra 10E. El 21 de mayo de 1937 salió de Los Ángeles hacia Florida y desde ahí hacia Europa y Asia, para regresar después por el Pacífico. Durante la programada como penúltima etapa, entre Nueva Guinea y la isla de Howland, el 2 de julio, el avión de Amelia desapareció en medio de un temporal. Su búsqueda se convirtió en un asunto de Estado, pero nunca se encontraron ni el aparato ni el cuerpo. Tenía 39 años.