Con microbios en lugar de chips
Tal vez en cinco años podríamos tener prototipos de computadoras biológicas del tamaño de una célula. La ingeniería genética se limita a insertar genes o a bloquearlos, pero los biólogos sintéticos son mucho más ambiciosos: su objetivo es construir circuitos de organismos unicelulares modificando sus componentes de una manera análoga a cómo se diseñan los microchips. BACTERIAS BUENAS EN MATES. Los expertos han desarrollado microbios que se encienden y apagan como las luces de un árbol de Navidad y que se iluminan cuando la concentración de una sustancia es tolerable; o puertas de comunicación entre microorganismos para lograr que una bacteria como
Escherichia coli cuente hasta tres. Timothy Lu y Oliver Purcell, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), no solo han construido biocircuitos donde las células suman, restan e incluso computan logaritmos, sino que además aquellas son capaces de legar sus habilidades a su descendencia.
Las aplicaciones en biomedicina también son alucinantes. Ya es posible modificar una bacteria que vive naturalmente en la garganta para que brille cuando se encuentra con una determinada sustancia. Lu y Purcell aseguran que, en el futuro, será posible reprogramarlas como espías del cuerpo humano. Bastará ingerirlas en una píldora para que rastreen signos de enfermedades en nuestras entrañas.