ALEXANDRA DAVID - NÉEL (1868 - 1969)
EN BUSCA DE ORIENTE
Nacida como Louise Eugénie Alexandrine Marie David en París y trasladada con su familia a vivir a Bruselas a la edad de seis años, esta aventurera, escritora, anarquista y orientalista franco-belga fue la primera mujer occidental que entró en la ciudad prohibida de Lhasa, en el Tíbet. Tenía entonces 57 años, y para ser aceptada tuvo que disfrazarse de peregrino, pese a su probado amor por el budismo. Ya desde niña había dejado claro en su burgués entorno que no iba a ser una mujer convencional, y durante su juventud bruselense intentó escaparse varias veces de casa.
Luego trató de corregirse, estudió música y llegó a ser cantante de ópera, pero su mente estaba hecha para otros retos y de vuelta en París se entregó al anarquismo, al que dedicó un libro que llegó a ser de culto. Era el inicio de una búsqueda personal que se iluminó cuando, tras heredar dinero de su abuela, emprendió un viaje a la India, al Nepal y al Tíbet. Le fascinaron la filosofía y los cantos tibetanos, pero el dinero se acabó y tuvo que volver a la ópera.
Un siglo de actividad. En una de sus giras actuó en Túnez y conoció a Philippe Néel, con quien se casó en 1904. Pese a que era feliz con él, la llamada interior de Oriente la empujó a volver a escaparse. Katmandú, Benarés, un encuentro con el dalái lama..., todo fueron vivencias y plenitud de pensamiento. En su aventura se vio apoyada por el joven tibetano Yongden, que se convirtió en su discípulo y siervo para siempre. Con él acabó viviendo en la Provenza, donde no cesó de escribir, meditar y viajar hasta su muerte, a los cien años.