Kepler dicta su tercera ley sobre el movimiento de los planetas
En 1609, Johannes Kepler estableció empíricamente las leyes que rigen los movimientos de los planetas. Para ello, había seguido las minuciosas observaciones que había realizado Tycho Brahe cuando aún no se había inventado el telescopio y sus meticulosos cálculos numéricos.
La primera de sus leyes define la forma de las órbitas, que se corresponden con elipses muy poco achatadas, en uno de cuyos focos está el Sol. La segunda regula la velocidad planetaria, de modo que los cuerpos más próximos a nuestra estrella van más rápidos. La tercera, formulada el 8 de marzo de 1618, establece una relación matemática precisa entre la duración del año de cada mundo y su distancia media al astro rey. Los más cercanos son los que giran más veloces.
Hubo que esperar medio siglo a que Isaac Newton, con su idea de la gravitación universal, ofreciera una explicación racional a estas leyes.