¿Lotería o magia?
El génesis. Ese momento en que las moléculas de la sopa primordial se organizaron y dieron origen a una entidad capaz de replicarse a sí misma. La vida en el planeta Tierra surgió hace unos 4.000 millones de años, aunque no sabemos cómo ocurrió exactamente. ¿Intervención divina? ¿Golpe de suerte? Nuevos datos abren la puerta hacia un camino intermedio: el origen cuántico. “Los ingredientes disponibles en aquel ambiente tendrían que explorar un enorme espacio de posibilidades para dar con la combinación capaz de autorreplicarse”, señala el bioquímico británico Johnjoe McFadden. Exactamente, 140 pasos, según cálculos realizados hace tres décadas: los necesarios para convertir sustancias orgánicas en ARN, la primera molécula autorreplicante. Y en cada etapa existen seis reacciones alternativas que conducen al fracaso. “Es como tirar los dados 140 veces y sacar siempre un 6”, compara McFadden. Pero si sus partículas estuvieran sujetas a las leyes cuánticas, la molécula primordial existiría en todas las configuraciones posibles al mismo tiempo y evaluaría al instante su viabilidad. Esta hipótesis goza aún de poca credibilidad. “Es otro caso de invocación de argumentos mágicos para explicar un rompecabezas que aún no entendemos”, opina el premio Nobel de Medicina Jack Szostak. Para otros científicos, no es tan descabellado. “Puede que la mecánica cuántica tuviera un papel clave en el origen de los seres vivos, y que dejara tras su paso algo de magia”, cree Paul Davies, físico de la Universidad del Estado de Arizona. Para Davies, las implicaciones van mucho más allá: “¿Somos el resultado inevitable de las leyes cuánticas? Es casi cómo preguntarse si estamos solos en el universo o si la vida es un fenómeno cósmico”, reflexiona.