BLADE RUNNER
7 El miedo a la deshumanización
De qué va.
Noviembre de 2019. Un grupo de replicantes –humanos artificiales declarados ilegales en la Tierra tras protagonizar un violento motín en Marte– llega a Los Ángeles para lograr más tiempo de vida por parte de su creador, el científico Tyrell. El detective Deckard recibe el encargo de eliminarlos uno a uno, pero durante la misión este personaje se cuestionará la humanidad de los replicantes y la suya propia.
Qué nos dice.
Es la radiografía de una sociedad enferma y globalizada, en una ciudad sucia y lluviosa pese a los avances tecnológicos, que nos muestra el miedo de Deckard a perder su humanidad cuando tiene que matar a seres que son indistinguibles de los humanos.
Cuál es su ideología.
Se entrevé una mezcla de notas políticas progresistas y conservadoras, aunque las últimas resultan más dominantes. Aparece una crítica a la globalización y a las grandes corporaciones que lo dominan todo, y se deja patente que matar replicantes no es sino una forma de asesinato (una denuncia de la separación de clases, que condena a una parte de la sociedad a gozar de menos derechos).
Por otro lado, el filme es anticientífico: denuncia que la genética ha ido demasiado lejos en eso de jugar a ser Dios, y el doctor Tyrell es asesinado por ello. Las mujeres –y el feminismo en general– no salen bien paradas, ya que o las asesinan por ser prostitutas o las tratan como objetos sexuales que deben ser dominados, como sucede con la relación entre Deckard y Rachel.