¿QUÉ SON LOS HUEVOS CENTENARIOS?
Una delicatessen de la gastronomía china, y un desafío para paladares delicados o de otras latitudes. Se trata de huevos de pato que pasan por un periodo de maduración de como mínimo un mes que les confiere un color sospechoso y un fuerte olor no apto para cualquiera. Quienes los han probado hablan de un sabor salado y con un punto sulfuroso y amoniacal.
Los orígenes de este peculiar bocado se remontan a la dinastía Ming (1368-1644). ¿Cómo se hace? Los huevos crudos se sumergen en una mezcla pastosa de cal, sal, carbonato de sodio, té y ceniza. Luego se cubren de arroz y se deja que fermenten durante al menos veinte días, al final de los cuales se añade una pizca de ¡óxido de plomo! para que la fermentación no se pase de rosca. Resultado: un alimento nutritivo y que puede comerse sin riesgo para la salud hasta seis meses después de su elaboración. Centenario no es, pero no está mal...