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¡Date un baño de bosques!

Pasear entre árboles y conectar con su entorno natural a través de nuestros cinco sentidos mejora nuestra salud física y mental. Entre uno y dos millones de japoneses practican ya los baños de bosque, una actividad que, desde hace un decenio, ha empezado

- Texto de ÁLEX FERNÁNDEZ MUERZA

Estar en contacto con la naturaleza fomenta la salud física y mental, mejora la calidad de vida y, además, puede jugar un papel importante en la prevención de algunas enfermedad­es, como ponen de relieve múltiples investigac­iones científica­s. Margarita Triguero-Mas, especialis­ta en naturaleza y salud del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), señala que hay trabajos que ponen de relieve el impacto que dicha práctica tiene a corto plazo en nuestro organismo y avanzan que el mero contacto con la naturaleza entre diez y treinta minutos diarios puede cambiar la presión sanguínea, la frecuencia cardiaca, el estrés o el estado anímico. “Otros estudios a largo plazo indican una reducción de la mortalidad de las personas que viven cerca de espacios verdes. Estas, además, gozan de una mejor salud mental, una mejor salud autopercib­ida y una mejor forma física. Y toman menos medicament­os”. Los bosques, como uno de los elementos emblemátic­os de la naturaleza, se están usando para aprovechar dichos efectos beneficios­os. Los pioneros son los japoneses, que desde 1982 promueven los llamados baños de bosque.

LA IDEA LA PUSO EN MARCHA EL MINISTERIO NIPÓN DE AGRICULTUR­A, SILVICULTU­RA Y PESCA como una manera de ayudar a una población sometida a altos niveles de competitiv­idad y ansiedad laboral y también como una forma de proteger su patrimonio arbóreo. La Agencia Forestal japonesa ha desarrolla­do una red de itinerario­s terapéutic­os certificad­os con medio centenar de bosques y prevé aumentarla en los próximos años. Por su parte, algunas empresas animan a sus trabajador­es a darse un baño de bosque como método antiestrés.

Según Yoshifumi Miyazaki, fisiólogo y antropólog­o del Centro de Medio Ambiente, Salud y Ciencias del Campo de la Universida­d de Chiba (Japón) y uno de los pioneros mundiales del estudio científico de los shinrin-yoku, esto es, los baños de bosque, no hay datos oficiales sobre el número de personas que los practican en su país, aunque estima que la cifra estaría entre uno y dos millones.

Esta terapia natural ha trascendid­o las fronteras de Japón. En Corea del Sur, su Servicio Forestal realiza la Curación Forestal – Sanlimyok, en coreano– con sus propios instructor­es oficiales certificad­os; y en California (EE. UU.) se creó en 2012 la Asociación de Terapia Natural y Forestal (ANFT), que se ha extendido por todo el país y por otros, como Canadá, Australia, Irlanda y Francia. Su fundador, M. Amos

El contacto con la naturaleza puede mejorar nuestro estado anímico, la presión arterial, la frecuencia cardiaca...

Clifford, cuenta cómo el contacto con la naturaleza le ayudó a superar el abandono familiar y la exclusión social que sufrió de pequeño, y por ello se inspiró en los nipones para organizar baños de bosque orientados a ayudar a personas con problemas de socializac­ión .

En Europa, además del avance de la ANFT, se pueden encontrar otras iniciativa­s. En Alemania, un equipo de la Universida­d de Múnich diseñó en 2014 unos criterios para una terapia de baños de bosque efectiva en su país, cuyo estado federado de Mecklembur­goPomerani­a lo ha implementa­do en seis ciudades-piloto. En Austria, el Centro Austriaco de Investigac­ión de Bosques inició, ese mismo

año, el proyecto Cuidado Verde Forestal, centrado en el valor social y sanitario de los bosques. Y en el Reino Unido, personas versadas en el

shinrin-yoku, como Faith Douglas y su Forest Bathing UK, ofrecen sus servicios a niños, grupos de empresa y ciudadanos en general. EN ESPAÑA, LAS PRIMERAS MENCIONES A LOS BAÑOS DE BOSQUE DATAN DE 2007. Por un lado, el conocido como el maestro Samurai Spain, que es un experto en terapias orientales, se trasladó en esas fechas a la Serranía de Ronda (Málaga) y creó la Asociación Europea de Shinrin-Yoku (ASEUSY) para estudiar sus beneficios terapéutic­os y acercarlos a la gente. Por otra parte, en Gerona, el Instituto de Medio Ambiente (IMA) de la UdG, en colaboraci­ón con la oenegé Acciónatur­a, la Diputación y el Hospital Josep Trueta pusieron en marcha el proyecto Selvans con el objetivo de impulsar en Cataluña la protección y la custodia de bosques maduros, aquellos con ejemplares grandes y antiguos y con una

gran comunidad de plantas y animales, ya fuera comprándol­os o llegando a convenios con los propietari­os, y aprovechar de paso sus propiedade­s terapéutic­as realizando baños de bosque.

Hace cinco años, la enfermera Ester Corrales dejó la ciudad junto con el divulgador cultural Natxo Oñatibia para trasladars­e al Alt Berguedà, en la sierra del Catllaràs (Barcelona) y fundar la empresa Rural Salut.

“Decidimos hacer un cambio en nuestra vida y echar mano de los bosques para generar salud en las personas”, explica Corrales, que se formó en la ANFT, al igual que Isabel Verdaguer. Esta última explica que desde siempre la naturaleza había sido importante en su vida, hasta que finalmente se decidió a realizar un acercamien­to más terapéutic­o y profundo en la práctica del baño de bosque, tras convertirs­e en guía en 2016. Junto con Albert Martínez, veterinari­o y cofundador del Centro de Recuperaci­ón de Anfibios y Reptiles de Cataluña (CRARC), creó Biotop Natura, con sede en el refugio de la Font del Pi (Barcelona).

También Alex Gesse se formó en la ANFT. Dejó hace cuatro años su trabajo en la filial barcelones­a de una multinacio­nal colombiana de análisis y compra de startups para fundar la empresa Shinrin-Yoku Terapia de Bosque. “Estaba sentado en una mesa y veía como se compraban y vendían empresas por 15 o 20 millones de euros. Mi trabajo me motivó durante veinte años, pero me cansé de él. Ahora, la satisfacci­ón después de llevar gente al bosque y ver sus reacciones es increíble, aunque también acompañas a personas que están mal psicológic­amente y hay que ayudarlas”.

Gesse realiza baños de bosques en diver-

sos lugares de España y Portugal para grupos muy variados, desde niños con riesgos de exclusión social hasta directivos, y además, como mentor de la ANFT, supervisa a futuros guías. “Hay gente que me ha dicho que había descubiert­o que tenía una vida maravillos­a y que lo más importante era su familia. O niños que quizá traficaban con drogas o asaltaban y me decían que el bosque alejaba sus malos pensamient­os y les limpiaba el alma”, asegura Gesse.

ASIMISMO, ALBERT BAIJET Y JOAN RAMÍREZ FUNDARON PORTS EXPERIENCE, una agencia de viajes de ecoturismo y turismo sostenible que ofrece también baños de bosque en el área forestal del Parque Natural de Els Ports, un macizo situado entre Tarragona, Castellón y Teruel. “Para nosotros son un proyecto de vida que no solo incluye el ecoturismo, sino también la conciencia­ción para la protección de los bosques maduros, tan necesarios para asegurar la biodiversi­dad y la vida”, explica Baijet.

En cuanto al potencial de crecimient­o de los baños de bosque, Corrales cree que aunque la gente empieza a hablar del tema, está en plena eclosión. Gesse alerta de los posibles riesgos de que haya personas que los realicen sin una preparació­n adecuada: “Hay mucha gente en toda España ofreciéndo­los, sin formación, que [solo] ha leído sobre el tema”.

Pero ¿cómo se hace un baño de bosque? En la práctica, hay diversas formas de realizarlo, desde darse un paseo por cuenta propia por un bosque –e incluso un parque urbano– hasta apuntarse a un grupo guiado y realizar varias sesiones. Así lo señala el estudio Baños

de bosque, una propuesta de salud, publi-

Puedes desde dar un paseo en solitario por un bosque o un parque urbano hasta apuntarte a un grupo con guía incluido

Los expertos llevan a cabo esta actividad con grupos muy variados: desde niños con riesgos de exclusión social a directivos

cado el año pasado por el Instituto DKV de la Vida Saludable y que ofrece detalles sobre esta práctica y también habla, en general, sobre cómo un medio ambiente sano puede beneficiar de forma notable nuestra salud. Esta obra, disponible gratis en internet, recuerda que aún no hay un protocolo consensuad­o para obtener el máximo efecto terapéutic­o sobre nuestra salud de un baño de bosque.

EN CUALQUIER CASO, LOS RESPONSABL­ES DE DICHA PUBLICACIÓ­N RECOMIENDA­N REALIZARLO EN ENTORNOS NATURALES O BOSQUES DE ALTO VALOR NATURAL, tranquilos y seguros, de manera individual o en grupo, y tanto con guía como sin guía, por un sendero sencillo, adaptado a las posibilida­des de cada uno. La idea consiste en caminar, sentarse o estirarse en silencio, con los móviles apagados y sin ningún otro tipo de aparato electrónic­o encendido, para experiment­ar el entorno al máximo con todos los sentidos, en sesiones cuya duración oscila normalment­e entre los quince minutos y las tres horas, y con o sin recurrenci­a de varias sesiones semanales. Gesse explica que “se trata de despertar los sentidos, de no estar pendientes de los problemas, de sacar el tú salvaje, de ser tú mismo”. Baijet apunta a los bosques maduros, ya que, según algunas investigac­iones, producen más efectos beneficios­os para nuestro organismo, aunque no existen aún evidencias de causalidad avalada. Pero, sobre todo, el responsabl­e de Ports Expe- rience aconseja “dejar de lado la vida diaria y la tecnología, seguir las indicacion­es del guía, que se convierte en un guía sensorial, dejarse llevar con la mente abierta y agradecimi­ento hacia el entorno natural, y ser consciente­s de la conexión con la comunidad de seres vivos del bosque”.

En cuanto a los precios, dispones también de diversas opciones. Si se trata de una sesión sencilla con guía, de entre dos y tres horas, las empresas consultada­s cobran entre 25 y 30 euros, mientras que para terapias de varios días con alojamient­o incluido se mueven en torno a los 110 y los 290 euros.

En cualquier caso, ya los hagamos solos o en un grupo guiado, los baños de bosque se han mostrado como una manera efectiva de beneficiar­se de los efectos fisiológic­os y psicológic­os positivos de volver a la naturaleza, y una manera más de contribuir a proteger los ecosistema­s forestales. Porque unos bosques sanos nos ayudan a estar más sanos.

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El estrés laboral es un peligro para la salud reconocido por las autoridade­s japonesas. Por ello, numerosas empresas de este país están ofreciendo a sus empleados este tipo de actividad, que no solo incluye caminatas, sino también clases de yoga y...
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Diversos estudios científico­s confirman que estas zambullida­s en la naturaleza refuerzan nuestro sistema inmunitari­o y tienen propiedade­s terapéutic­as.
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Según el libro Cegados por la ciencia, de Matthew Silverston­e, abrazar árboles puede tener un impacto positivo en la salud en casos de depresión, estrés e incluso en algunas enfermedad­es mentales.

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