De palabras
Hay palabras que suscitan más vacilaciones que otras a la hora de poner la tilde –o no, como en los casos que aparecen a continuación–. La Fundación del Español Urgente del BBVA, Fundéu, ha elaborado una lista con algunas de ellas.
Por ejemplo, heroico o estoico, donde la pareja de vocales oi forma diptongo y, por tanto, no exige acento ortográfico. Ocurre algo parecido con hubierais, hubieseis, fuerais y fueseis, todas ellas formas verbales llanas –se silabean hu-bie-rais– terminadas en ese. Y lo mismo se aplica a construido, derruido y gratuito, acabadas en vocal. Tampoco llevan tilde examen, resumen y origen, puesto que son llanas terminadas en ene, aunque sí lo hacen –de ahí la confusión– sus plurales esdrújulos: exámenes, resúmenes y orígenes.
Y un último ejemplo problemático: continuo, escrito así cuando es adjetivo; continúo, en su forma presente del verbo continuar; o continuó, pretérito indefinido.