EL ESPÍRITU SALVAJE DEL VIEJO MUNDO
Cada año, la Asociación de Fotógrafos de Naturaleza de Alemania –una de las más prestigiosas del mundo entre las de su tipo– organiza dos certámenes internacionales en los que cientos de aficionados y profesionales de la imagen tratan de dar forma a su pasión por la flora y la fauna.
En sus instantáneas, se percibe el deseo común de atrapar en el tiempo los procesos naturales, y la obra que se ha impuesto en una de las competiciones, la de Fotógrafo de Naturaleza del Año –al que pertenecen las capturas de estas páginas–, no es una excepción. En ella, el vuelo de un águila real, atisbada por el joven bávaro Maximilian Hornisch en los Alpes, da cuenta de la eterna lucha por los recursos a la que se enfrentan los depredadores en el Viejo Continente cuando los días aún son fríos, la nieve todavía no se ha retirado del todo y las presas escasean. CONCIENCIA NATURAL.
El concurso se divide en nueve categorías –Aves, Mamíferos, Otros Animales, Plantas y Hongos, Paisajes, Mundo Subacuático, Hombre y Naturaleza, Creativa y Juvenil–, pero todas ellas están relacionadas por un mismo objetivo: contribuir a extender la idea de proteger la naturaleza y los diferentes hábitats en Europa y evocar la responsabilidad y comprensión hacia este asunto entre los ciudadanos.