PARQUE DE LAS CIENCIAS DE GRANADA
Cualquier excusa es buena para visitar Granada. Lo que ocurre es que las maravillas que ofrece esta ciudad están –justificadamente– enfocadas hacia lo histórico, y a lo mejor no todo el mundo sabe que cuenta también con uno de los museos divulgativos más completos del país. Cada una de las áreas temáticas en que están divididos sus 70.000 m2 ya justificaría dejarse caer por allí; la fuerza de la unión de todas ellas hace recomendable una planificación de la estancia. Además, durante buena parte del año, la oferta se amplía al exterior, con atracciones como la Carpa de Gimnasia Mental, la reproducción del dolmen de Dílar o la Torre de Observación –foto de la derecha– para contemplar la ciudad, la sierra y el entorno granadino.
DENTRO, LA NATURALEZA ESTÁ BIEN PRESENTE CON EL BIODOMO, UN PABELLÓN DE 18.000 METROS CÚBICOS
donde se exhiben más de doscientas especies de animales y plantas tropicales. También ofrece recorridos botánicos que ilustran sobre la relación entre la vegetación mediterránea, el mundo animal y el paisaje, un mariposario tropical y un taller de rapaces en vuelo. El cosmos tiene cabida en el Observatorio Astronómico, el Planetario y el Jardín de Astronomía; mientras que la biología es protagonista en la exposición y los talleres del pabellón Viaje al Cuerpo Humano, y en los jardines se puede encontrar la exposición permanente sobre Darwin y su teoría de la evolución. Para quienes no se conformen con mirar, las salas Percepción y Eureka están llenas de instalaciones interactivas, pensadas para que los más jóvenes –y no solo ellos– escuchen, toquen y olfateen la ciencia.
Por si todo lo anterior fuera poco, el centro granadino multiplica sus actividades durante la época estival. Llevan ya años organizando su Verano con Ciencia, un programa de actividades para niños de entre cuatro y doce años. Y tampoco desmerecen sus Noches de Astronomía, tres al mes –coincidiendo con la fase creciente de la Luna–, o la exposición “Maravillas de la vida salvaje”, realizada junto con el Royal Belgian Institute of National Sciences, que recrea escenas de la naturaleza con animales disecados.