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Desde que tenía tres años, la estadounidense Alyssa Carson anhela ser la primera persona en llegar a Marte. Y ha dedicado catorce años de su vida a lograrlo: estudia idiomas –habla español, francés y chino, además de su inglés natal–, acude a todos los campamentos juveniles organizados por la NASA, es embajadora de la iniciativa privada Mars One... Pero ahora, a sus diecisiete, le queda todavía un largo camino por recorrer. Para convertirse en astronauta de la agencia espacial norteamericana se requiere un título universitario en Ingeniería, Biología, Matemáticas, Informática o Física, más tres años de experiencia profesional en el área de estudio –o poder acreditar mil horas de vuelo como piloto de aviones a reacción–, por no hablar de las exigentes pruebas físicas. La NASA recibe unas seis mil solicitudes cada año y, en toda su historia, poco más de trescientos candidatos han llegado a ir al espacio.
HORIZONTES NO TAN LEJANOS. Aunque Carson logre entrar en la NASA, de momento no hay planeada de manera oficial ninguna misión tripulada al planeta rojo, si bien la agencia espacial tiene marcado ese objetivo en el horizonte de la década de 2030. Lo que sí es seguro es que Carson, ejemplo de tenacidad, hará todo lo posible por estar preparada.