10 Las batallas más sangrientas de la historia
La guerra y las contiendas bélicas siempre han estado presentes en la vida de los seres humanos, pero algunas han pasado a la historia por su violencia y el elevado número de muertos y heridos que cosecharon. Esta es una selección de los enfrentamientos m
En la aldea de Borodinó, a unos 100 kilómetros al oeste de Moscú, cerca del río Moscova, tuvo lugar la más sangrienta batalla de las guerras napoleónicas. Era el 7 de septiembre de 1812 cuando el general Mijaíl Kutúzov decidió parar la retirada rusa y enfrentarse a las tropas francesas. Apresuradamente mandó construir fortificaciones para bloquear el avance del ejército napoleónico sobre la capital, Moscú. Su ala derecha ocupó un terreno fácil de defender, por lo que los franceses trataron de presionar por la izquierda durante buena parte de la contienda.
Napoleón temía que si trataba de flanquear a los rusos y fallaba, estos podrían escapar, así que se decidió por un ataque frontal. Desde las seis de la mañana se vivió una lucha feroz a lo largo de un frente de cinco kilómetros. Al mediodía, la artillería gala causaba estragos, pero la infantería se estrellaba contra la casi impenetrable barrera rusa. Quizá a causa del humo que impedía ver bien la evolución de las maniobras, Napoleón no usó a la Guardia Imperial –20.000 hombres– ni a otros 10.000 soldados de refresco.
Sin duda alguna, fue una suerte para Kutuzov, que había puesto en juego todas sus fuerzas disponibles; de otro modo, Francia habría obtenido una victoria inmediata. Por la tarde, los constantes cañonazos se prolongaron hasta el anochecer. Al llegar la noche, el general ruso, que había perdido más de un tercio de su ejército, claudicó y se retiró.
Una semana más tarde, Napoleón entró en Moscú, pero, como no había conseguido aplastar al ejército enemigo, no pudo obligar al zar Alejandro a capitular. Por esas ironías de la guerra, la pírrica victoria en Borodinó se convirtió en la derrota de Bonaparte en Rusia.