¿HAY LUNAS GASEOSAS?
Es muy poco probable que los astrónomos se topen algún día con un objeto de este tipo. Para que se forme una luna gaseosa sería necesario que esta fuera lo suficientemente grande como para evitar que su atmósfera, integrada por un volátil conjunto de gases en movimiento, se perdiera en el espacio, entre otras cosas, como consecuencia de la influencia de la gravedad del mundo alrededor del cual se encontrara orbitando. Eso significa que debería ser enorme, prácticamente del mismo tamaño que este último. Y en ese caso, no se trataría realmente de un satélite, sino que formaría un sistema binario con el cuerpo principal. Tampoco es fácil que se den estas hipotéticas parejas de mundos gaseosos, pues, durante su formación, ambos tenderían a chocar o a apartarse.