OPTIMISMO BIEN INFORMADO
Para muchos, Steven Pinker se ha convertido en una especie de apóstol contra el derrotismo, contra esa interpretación tenebrosa de la realidad que goza de cierto prestigio intelectual. Después de Los ángeles que llevamos dentro (2011), Pinker vuelve a la carga con un ensayo de título tan poco ambiguo como En defensa de la Ilustración. En sus páginas, los admiradores del psicólogo canadiense se reencontrarán con todas sus virtudes: claridad de exposición, un arsenal de datos para apoyar los argumentos y una insobornable convicción de que, pese a lo que digan los agoreros, el mundo progresa adecuadamente.
La salud, la riqueza, la lucha contra el hambre, la seguridad, el terrorismo, los derechos civiles o la propagación del conocimiento son otros tantos ámbitos de la vida que, sostiene Pinker, no resisten hoy la comparación con un ayer que siempre fue peor.