PASO A PASO
PESAMOS EN UNA BALANZA 3 GRAMOS DE ALUMINIO EN POLVO Y 8 GRAMOS DE ÓXIDO DE HIERRO. Luego los vertemos en un pequeño recipiente metálico: primero el aluminio, y luego el óxido de hierro, de inconfundible tono rojizo ( 01). Los mezclamos con una cuchara ( 02); con paciencia, porque es necesario que la mezcla resulte lo más uniforme posible para lograr la reacción adecuada. Nos hacemos una mecha de cinta de magnesio con una longitud de unos 10 centímetros ( 03). También nos valdría una bengala de las que se usan en las fiestas caseras. Metemos la mecha en la mezcla, dejándola medio enterrada ( 04), y acoplamos el recipiente a una pinza y un soporte de laboratorio que apoyaremos en una base metálica. Encendemos la mecha y comienzan a saltar chispas ardientes ( foto grande de la izquierda).
Un añadido: esta reacción química entraña cierto peligro, dadas las altas temperaturas que se alcanzan. Si no, fíjate en cómo queda el soporte metálico ( 05). Parece la superficie lunar, acribillada de meteoritos.