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UNA INICIATIVA IMPULSADA POR EL CREADOR DE LA WEB PRETENDE DEVOLVER A LOS USUARIOS EL CONTROL DE SUS DATOS Y LIBERAR LA RED DE LA INFLUENCIA DE FACEBOOK, AMAZON O GOOGLE.
Tim Berners-Lee se acaba de coger una excedencia del MIT para lanzar una start-up. El padre de la Web llevaba años en el Laboratorio de Computación e Inteligencia Artificial construyendo Solid, una plataforma diseñada para descentralizar la Red. Se trata de un plan de dominación mundial que empieza por escapar del control de las compañías que viven de la extracción y explotación de datos y que ayudan a Gobiernos cada vez más totalitarios a vigilar a sus propios ciudadanos. Dicho de otro modo, quiere arrancar internet de los dedos de Facebook, Google, Amazon, Alibaba, Baidu y Tencent, y convertirla en un lugar seguro. La empresa se llama Inrupt y su trabajo es propiciar esa fuga, ayudando a todo el mundo a mudarse a Solid. Para ello facilita la creación de aplicaciones y servicios dentro de la lógica descentralizada del sistema, para proyectos que no quieren espiar a los usuarios, sino “hacer un mundo mejor”.
SOLID NO ESTÁ VACÍA. Los que la han visto la describen como una mezcla de Google Drive, Microsoft Outlook, Slack, Spotify y WhatsApp. La diferencia es que los datos no fluyen hacia los
data centers de Amazon, Google o el Gobierno chino, sino que permanecen encapsulados en su propia nube individual, un
objeto llamado POD (Personal Online Data). Cada POD está sujeto al control del usuario, que sabe en todo momento qué datos existen en el sistema y qué aplicaciones tienen acceso a ellos para poder gestionarlos a su conveniencia. Quien quiera robarlos o emplearlos para, por ejemplo, manipular a millones de personas durante unas elecciones, tendrá que ir casa por casa. Para garantizar la seguridad del sistema, Berners-Lee se ha asociado con John Bruce, fundador de Resilient, la plataforma de análisis de seguridad y respuesta a ciberataques adquirida por IBM en 2016.
EL PROYECTO SERÍA QUIJOTESCO, SI NO FUERA DE TIM
BERNERS-LEE y porque la Red que hoy conocemos también nació de uno de sus proyectos personales. Entonces se llamaba Enquire y consistía en un programa de almacenamiento de información que favorecía la interconexión de objetos distantes a través de un concepto llamado enlace, con el que estuvo tonteando durante unas vacaciones del CERN en los años 80. En 1991, ese conjunto de bases de datos unidos por el hipertexto se convirtió en la plataforma que ahora llamamos World Wide Web. Es el lenguaje de ese cuerpo de servidores, antenas, satélites y cables submarinos que llamamos internet.
EL OTRO INGREDIENTE DEL GUISO FUE SU “SISTEMA INMU
NE”, EL PRINCIPIO DE NEUTRALIDAD, por el que todos los paquetes de información reciben el mismo trato. No dejaba que los dueños de la infraestructura mandaran sobre el tráfico, lo que garantizaba la biodiversidad e igualdad de oportunidades que hizo florecer internet durante la primera década del milenio. Hoy, ese principio está en crisis y el tráfico de datos es monopolizado y explotado por media docena de empresas cuyos diseños y algoritmos están intoxicando la vida de miles de millones de personas. Hace falta un proyecto quijotesco capaz de alterar fundamentalmente el curso de las cosas, antes de que la Red se convierta en un centro comercial en manos de tres Gobiernos y veinte compañías. Podría ser este.