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“Tuvimos que hacer un aterrizaje forzoso en Bélgica, pero todos estamos a salvo. Nuestro objetivo era Böhlen, en Alemania, cerca de Leipzig. Nunca había visto un fuego antiaéreo tan espantoso en mi vida. Las Fortalezas Volantes empezaron a arder, estallar y caer a nuestro alrededor [...]. Algo golpeó mi torreta, pero las ametralladoras me salvaron”. El diario del artillero John J. Briol, que participó en 35 misiones a bordo de un bombardero B-17, da una idea de la intensidad de los combates aéreos que se sucedieron durante la Segunda Guerra Mundial y el peligro que tenían que afrontar los tripulantes de estas pesadas aeronaves.
Ahora, el diseñador gráfico Nathan Howland ha iluminado algunas de las estampas que nos han venido mostrando esta parte de la contienda en blanco y negro.
EN PRIMERA LÍNEA. Según explica en una entrevista para el diario británico Daily Mail, con estas y otras instantáneas, que ha restaurado y coloreado en detalle, ha querido mantener vivo el recuerdo de aquellos acontecimientos y reconocer el trabajo de los fotógrafos de guerra. Al fin y al cabo, fueron estos profesionales los que nos dieron a conocer los entresijos de un conflicto en el que según algunas estimaciones solo Estados Unidos llegó a perder 170 aviones al día.