Inventoras 'made in Spain'
Aparte de Celia Sánchez-Ramos y otras emprendedoras de hoy, España ha tenido siempre innovadoras de gran talento. Entre ellas, la madrileña Fermina Orduña, quien en 1865 obtuvo la primera patente concedida a una mujer en nuestro país. Su invento era un original carruaje de ordeño y venta a domicilio de leche, rústico precursor de las actuales ordeñadoras industriales. Otra fue la valenciana Elia Garci-Lara, que registró su patente en 1890: un lavadero mecánico para la ropa, con un proceso similar al de las lavadoras actuales, que no llegó a tener éxito.
La patente de 1949 de la maestra leonesa Ángela Ruiz Robles –en la ilustración de la izquierda– puede calificarse de antecedente del libro electrónico. Se trataba de una especie de enciclopedia que incorporaba numerosos gráficos y sonidos, la posibilidad de escribir al propio lector, enlaces textuales, información multimodal, contenidos actualizados e incluso autoiluminación.
Por su parte, la asturiana Margarita Salas, discípula de Severo Ochoa adscrita al CSIC, académica de la Lengua y, a sus 79 años, aún activa en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid, dirigió el equipo que en 1989 descubrió un revolucionario método de replicación del ADN. Este tiene varias aplicaciones, como la producción sintética de virus, la elaboración de plantas transgénicas y la optimización de pruebas policiales.