“La IA va a ser distinta a la inteligencia humana, pero superior”
José Luis Cordeiro, ingeniero del MIT
Jesús Cardeñosa, doctor en Computación e Inteligencia Artificial por la Universidad Politécnica de Madrid, afirmó lo siguiente: “No veo casi nada nuevo en este terreno, salvo unas enormes capacidades de cómputo que antes no teníamos. Seguimos sin encontrar el modelo que emule el comportamiento de un humano”. En cuanto a la adaptación de las empresas a la IA, Cardeñosa recordó que en los 80 no había ordenadores en las oficinas, algo inconcebible hoy. “Llegará el día en el que se demostrará que la IA es tan necesaria para la supervivencia de los negocios como un PC o una base de datos”.
DESEMBARCO EMPRESARIAL. Fabio Arena, Product Marketing Manager en Huawei, señaló que “los datos certifican que el 90 % de las compañías consideran vital la IA como método de trabajo”. Explicó que su empresa apuesta de lleno por esta tecnología, como demuestran sus móviles, y citó ejemplos como las mejoras de sus cámaras o la traducción instantánea de textos de otro idioma. “La inteligencia artificial es una ayuda. En ningún momento va a sobrepasar al ser humano o a dejarlo de lado. Hacen falta personas que la configuren”.
Juan Antonio Relaño, CIO de Bosch España, destacó la apuesta de su compañía por la IA: va a invertir 300 millones de euros en el desarrollo de nuevos modelos de automoción y casas inteligentes. Resaltó la aplicación industrial de esta tecnología: “He visto a la IA superarnos, por ejemplo, en los controles de calidad. En Bosch, antes los hacía un ser humano; ahora disponemos de controles computarizados de visión artificial con una tasa de error del 2 %, cuando la humana es de más del 5 %”. Relaño anunció hacia dónde va la estrategia de su empresa. En 2020, todos los aparatos que produzca tendrán conexión a internet.
José Manuel Nieves, periodista especializado en ciencia y tecnología del diario ABC, argumentó que “todos los sistemas de inteligencia artificial suponen una ventaja adaptativa para quien los usa”. Nieves incidió en los interrogantes éticos que suscita esta tecnología tan novedosa y potente. Uno de ellos radica en las propias diferencias de principios entre los humanos en función de su ubicación geográfica y cultura: “¿Cómo vas a programar una máquina para que actúe de una sola manera si los humanos cambiamos según la región?”, se preguntó. También se mostró preocupado por el posible uso militar de la IA: ”¿Cómo programas esas funciones, bajo qué criterios?”. Nieves puntualizó que no se puede decir que la IA vaya a ser superior a la humana, y defendió que cualquier persona toma todavía decisiones más rápidas y acertadas que el robot más sofisticado.