¿PODEMOS RESPIRAR OXÍGENO PURO?
Sí, pero por un periodo limitado. El aire contiene alrededor de un 78 % de nitrógeno y un 21 % de oxígeno. El resto es una combinación de dióxido de carbono, argón, neón, helio, hidrógeno, otros gases y vapor de agua. En consecuencia, nuestros pulmones han evolucionado para recibir una mezcla en la que solo la quinta parte es oxígeno, así que si este es el único elemento surgen los problemas.
Si respiramos oxígeno a presión atmosférica y en concentraciones muy altas durante más de veinticuatro horas seguidas, las células de los alveolos –las terminaciones de los bronquios en las que se da el in- tercambio gaseoso entre el aire inspirado y la sangre– se inflaman, se dificulta la respiración y el proceso puede llegar a ser letal. Si el oxígeno es puro, los daños se producen en doce horas, e incluyen inflamaciones de tejidos y acumulaciones de fluidos que causan graves lesiones.
Se entiende que los profesionales sanitarios controlen al máximo la administración de oxígeno a los pacientes que lo requieren, tanto en lo que se refiere a su concentración como en la duración del suministro. En el caso de los bebés en incubadoras, un exceso de oxígeno puede provocar problemas vasculares en la retina que terminen en una ceguera irreversible.