¿POR QUÉ CHIPRE SE LLAMA ASÍ?
Diversas teorías intentan explicar de dónde viene el nombre de esta gran isla del Mediterráneo oriental: dos de las más populares lo relacionan con un mineral (el cobre) y un árbol (el ciprés). Chipre fue muy rica en yacimientos de cobre, tanto que los antiguos romanos llamaron aes
Cyprium (metal de Chipre) a este elemento, que ellos y otros pueblos explotaron con avidez durante siglos. También lo llamaron cuprum, y de este vocablo latino proviene nuestra palabra cobre. La segunda hipótesis sugiere que la denominación de la isla se vincula a su abundancia en cipreses ( kypárissos, en griego, y de ahí cypressus).
Pero estas hipótesis ponen el carro delante del burro. Según los filólogos y especialistas en lenguas antiguas, el nombre de Chipre procede del latín Cyprus, que a su vez tiene su origen en el griego Kypros... y ahí se pierde el rastro. La etimología se desconoce, aunque algunos estudiosos sospechan que la denominación procede de la lengua de los habitantes prehelénicos de la isla (poblada al menos desde 10000 a. C.), que hablaban eteochipriota, un idioma preindoeuropeo sin relación con el griego.
De modo que los romanos no llamaron Cyprus a este territorio porque estuviera repleto del codiciado cobre, sino que denominaron a este mineral cuprum por los grandes filones que había en la isla, la tercera de mayor tamaño del Mediterráneo tras Sicilia y Cerdeña, y lugar de paso y asentamiento para numerosas culturas: en ella dejaron su huella micénicos, fenicios, egipcios, asirios, griegos, persas, romanos, bizantinos, los cruzados medievales, musulmanes, otomanos, británicos...