PASO A PASO
01. MONTAMOS EL EMISOR DE SONIDO.
Acoplamos el altavoz tipo motor de compresión a una guía de ondas, una estructura que conduce las ondas acústicas, como si fuera una trompetilla. Luego los unimos a una base de madera y un agarre metálico que va sobre esta, con el fin de que el conjunto resulte estable. Ponemos una goma antideslizante sobre la parte de la madera en la que se colocará el vaso de precipitados, para que este no se mueva.
02. CONECTAMOS AL AMPLIFICADOR.
Enlazamos nuestro altavoz a un viejo amplificador para darle mayor potencia a la señal entrante, que provendrá de un generador de frecuencias.
03. BUSCAMOS LA FRECUENCIA NATURAL.
Golpeamos el vaso de precipitados con una baqueta y observamos la frecuencia con la que suena. La nota que más destaca y tiene mayor amplitud se corresponde con la frecuencia natural del vaso. Para medir estos parámetros usamos una aplicación de móvil.
04. AJUSTAMOS EL CICLO.
Con un generador de frecuencias, buscamos el ciclo exacto de la frecuencia acústica que coincide con la natural del vaso.
FOTO GRANDE.
Con la frecuencia coincidente y el recipiente justo delante de la guía de ondas, subimos a todo trapo el volumen. ¡El vaso explota!