Los defensores del plástico argumentan que, entre otras ventajas ambientales, contribuye a reducir el desperdicio alimentario
de datos concretos sobre el uso de plástico para embalar frutas y verduras, o bien ofrecen estimaciones o cifras relativas. Así, Ignacio Marco, director general de PlasticsEurope en la región ibérica –la asociación paneuropea de productores de materias primas plásticas–, señala que, “a nivel europeo, el 39,9 % de la demanda de plástico de los transformadores corresponde al sector de envases y embalajes. —Y reconoce—: Lo que no sabemos es qué proporción va a frutas y verduras”.
Por su parte, María Segura, responsable de Calidad y Medio Ambiente de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES), cuyos establecimientos representan el 27,65% de este sector en España, asegura que no conoce ningún estudio global sobre el envasado de este tipo de alimento, si bien “con toda seguridad las frutas y verduras sin transformar envasadas representan en España mucho menos del 20% del mercado. No obstante, para algunas variedades, como la familia de las bayas, los porcentajes pueden ser muy altos”.
DESDE EL SECTOR SUBRAYAN LA IMPORTANCIA Y NECESIDAD DEL ENVASADO.
Fuentes consultadas en la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), que representa el 67,6% de la superficie de venta en España, destacan esto: “Los envases se utilizan, sobre todo, para proteger los alimentos de posibles contaminaciones biológicas, químicas y físicas. Los supermercados están obligados a velar por la seguridad alimentaria debido a la reglamentación técnico-sanitaria comunitaria. Asimismo, facilitan información obligatoria al consumidor sobre las propiedades de los alimentos y a la hora de elegir el formato que mejor se adapta a sus necesidades. La mayoría también se usa para transportar los alimentos y evitar daños físicos, por ejemplo, en frutas tipo frutos rojos”.
Mari Carmen del Amo, directora de Comunicación y Marketing en ANAIP, la Asociación Española de Industriales de Plásticos –que representa al sector de la transformación de este material a nivel nacional–, añade que el uso de dichos envases “en muchos casos es imprescindible”, como en hospitales y residencias, centros penitenciarios, medios de transporte, restaurantes de comida rápida, máquinas expendedoras, etc., e incluso asegura que, entre otras ventajas ambientales, contribuye a reducir el derroche alimentario: “Si se sustituyera el plástico por otros materiales en el envasado de alimentos, el peso se cuadriplicaría, se doblaría el consumo de energía, la emisión de gases de efecto invernadero [que producirían los envases sustitutivos] se triplicaría [respecto a los que lanza el plástico],
incrementándose [en Europa] en 61 millones de toneladas de CO más por año, y crecería 2 considerablemente el desperdicio de comida. En países en desarrollo, donde el uso de envases es muy escaso, la pérdida de alimentos aumenta hasta el 40%”.
Esa explicación de que los envases plásticos contribuyen a reducir el desperdicio alimentario no convence a Amigos de la Tierra, Zero Waste Europe y la alianza Rethink Plastic. En un reciente estudio titulado Los envases de plástico no evitan el despilfarro alimentario, estas oenegés ecologistas destacan que “ha crecido simultáneamente el uso de envases de plástico de alimentos y el desecho alimentario en Europa. La demanda europea total de plástico es de 49 millones de toneladas al año, de las cuales el 40% se utiliza en el envasado”.
LOS PRODUCTORES ESGRIMEN QUE SE TRATA DE UN MATERIAL RECICLABLE.
Marco cita un estudio, encomendado por su organización a la consultora alemana Conversio GmbH, que señala que “casi el 62% de los residuos de envases y embalajes plásticos domésticos, comerciales e industria- les se recuperan y reciclan en nuestro país”. Del Amo añade que “España es el segundo país de la UE que más recicla en el hogar, casi el 70% de los envases de plástico domésticos. Tenemos más de 380.000 contenedores amarillos y 95 plantas de selección de envases de plástico”.
En esta cuestión tampoco coinciden Amigos de la Tierra, Zero Waste Europe y la alianza Rethink Plastic, cuyo estudio sostiene que “en Europa se tiran de media treinta kilos de envases plásticos por persona y año. Se emplean mayoritariamente el vertido y la incineración para gestionar estos residuos –31 % y 39 %, respectivamente–, y el abandono en el entorno sigue presentando tasas inaceptables. Menos del 30 % de los residuos de plástico se recogen para su reciclaje, y la mayoría se exporta fuera de Europa” para su tratamiento.
El director general de PlasticsEurope asegura que su sector apoya “plenamente” campañas como las de #DesnudaLaFruta o Greenpeace, porque “han nacido con el objetivo final de luchar contra el litte
ring –el abandono de residuos en la naturaleza– y las basuras marinas producidas cuando los envases plásticos se abandonan”. Sin embargo, sostiene, “no se puede demonizar un material por el mal uso que se hace de él”. Tanto su asociación como otras del sector han puesto en marcha la campaña #NoCulpesAlPlástico, para recordar las ventajas de este material y la importancia de un consumo y una gestión responsables de estos envases y de los residuos en general.
Los portavoces de Asedas y ACES aseguran estar trabajando en varias líneas para reducir el uso de los plásticos. “Tenemos en cuenta la necesidad de preservar la seguridad alimentaria y la informa-