La solución pasa no solo por reciclar más y mejor, sino por reducir nuestro consumo de este tipo de material
ción y el servicio a nuestros clientes como bases para una alimentación segura y adaptada a su modo de vida”. La representante de ACES afirma que entiende “que alguien se extrañe al ver la fruta pelada y envasada, pero son productos cada día más demandados. Por otro lado, los hogares son cada vez más pequeños –el 50 % de ellos tienen uno o dos miembros–, y crece el número de personas sin tiempo. Estos envases alargan la vida del producto para unos y otros. No obstante, nuestras empresas apuestan por el producto fresco a granel y, en el caso de frutas y hortalizas, en autoservicio”.
La solución pasa, una vez más, por la concienciación de toda la sociedad: empresas, instituciones y consumidores. Como reconoce Del Amo, “hay un abuso de consumo en general, no solo de plástico. El ritmo de vida, la facilidad para cambiar las cosas más viejas por nuevas y más actualizadas, la fecha de caducidad, etc., nos llevan a un consumo mucho mayor que hace años”. Por su parte, Isabel Vicente cree que hay que proporcionar más información a los consumidores. “Muchas personas creen que un consumo excesivo de envases no es perjudicial y que todo se soluciona con el reciclaje. Antes de todo hay que reducir nuestro consumo. Asimismo, debe haber una legislación que controle y acote el envasado de productos”, concluye.