EL GEN QUE HACE CEREBROS GRANDES
La corteza cerebral tiene la culpa de que nuestro órgano pensante luzca una superficie llena de circunvoluciones. Su capa más externa y de más reciente evolución, el neocórtex, es la sede del lenguaje y la razón; surgió tan rápido que para caber en el constreñido cráneo humano tuvo que plegarse para ocupar los recovecos disponibles. ¿Cómo se desencadenó el proceso? Gracias en buena medida a un gen exclusivo de nuestra especie, que da ese tamaño de lujo a nuestro ático cerebral. El nombre de esa secuencia de ADN: ARHGAP11B.
Ahora, científicos del Instituto Max Planck de Biología Celular Molecular y Genética de Dresde (Alemania) han implantado este gen en el encéfalo en desarrollo de hurones, con el objetivo de comprender mejor cómo actúa.
Observaron que, al crecer, los pequeños mamíferos modificados poseían un neocórtex mayor de lo habitual. Al parecer, el gen hace que las células progenitoras neurales (parecidas a las células madre y encargadas de producir nuevas neuronas) pasen más tiempo activas, lo que agranda el neocórtex.
CRECER PARA MEJORAR. Según el doctor Wieland Huttner, supervisor del estudio, “ahora tenemos que averiguar si el crecimiento del neocórtex de los hurones eleva su capacidad cognitiva. De ser así, tendríamos nuevas pistas sobre el desarrollo humano”. El volumen del cerebro es uno de nuestros rasgos distintivos: muy grande en relación con nuestro cuerpo, triplica en tamaño al del chimpancé, nuestro pariente animal más cercano.