Muy Interesante

TRATAR EL CÁNCER A LA HORA ADECUADA

-

ESTUDIOS RECIENTES DEMUESTRAN QUE LA ACTIVIDAD CELULAR EN ENFERMEDAD­ES COMO EL CÁNCER VARÍA A LO LARGO DEL DÍA. POR ESO, INVESTIGAD­ORES Y MÉDICOS PARTIDARIO­S DE LA CRONOTERAP­IA PLANTEAN MEDICAR A LOS PACIENTES CALCULANDO EL MOMENTO ÓPTIMO DE ADMINISTRA­CIÓN DE CADA FÁRMACO Y VIENDO LA FORMA EN QUE ACTÚA EN FUNCIÓN DEL CICLO CIRCADIANO DEL ORGANISMO. ASÍ SE MAXIMIZA SU EFICACIA Y SE REDUCEN LOS EFECTOS SECUNDARIO­S DE LOS TRATAMIENT­OS.

Las células cancerosas crecen y se multiplica­n de día y de noche, frenéticam­ente. Las sanas, en cambio, tienen picos de máxima actividad que se alternan con momentos de descanso, para recuperar fuerzas. El reloj de estas células funciona bien; el de las cancerosas está desajustad­o. La diferencia de ritmos tiene más importanci­a de lo que parece, como ha sabido ver el médico francés Francis Lévi. Este pionero de la cronoterap­ia o cronofarma­cología se dio cuenta de que hay momentos en que los tejidos sanos son especialme­nte sensibles al daño que pueden producir los virus y las bacterias, y también a los agresivos tratamient­os que usan los oncólogos para combatir el cáncer. Y lo mismo les pasa a las células cancerosas, que también pasan por fases de debilidad. Por eso Lévi afirma que “en medicina, a veces, el tiempo importa más que la dosis”.

AHORA SABEMOS QUE NUESTRO EQUIPO DE LIMPIEZA INTERNO TAMBIÉN SE GUÍA POR LOS VAIVENES CIRCADIANO­S, QUE LAS CÉLULAS

encargadas de metaboliza­r y eliminar los compuestos tóxicos para el organismo son más eficaces a unas horas que a otras. Entonces, dice Lévi, ¿por qué los médicos no tienen en cuenta ese factor y hacen coincidir los tratamient­os oncológico­s con los momentos en que la exposición de las células sanas es mínima, la vulnerabil­idad de los tumores alta y la capacidad de eliminar toxinas máxima? Eso nos permitiría atacar al cáncer con la máxima fuerza y los mínimos daños colaterale­s.

Aprovechar la ventana de tiempo adecuada para luchar contra la enfermedad es una estrategia muy eficaz, pero no resulta fácil de aplicar, pues cada sustancia que se emplea para tratar el cáncer actúa sobre un aspecto concreto de la división celular, que a su vez tiene su propio ritmo. Hacía falta estudiar la acción de los fármacos por separado en ratones y en células humanas cultivadas en laboratori­o y después combinar los datos. Por suerte, Lévi y su equipo se dieron cuenta de que mediante algoritmos matemático­s podían organizar mejor el maremágnum de informació­n que iban obteniendo, y crearon una serie de protocolos cronomodul­ados: tratamient­os que tienen en cuenta la hora de administra­ción de cada uno de los compuestos utilizados. Durante sus ensayos clínicos, administra­ban los medicament­os al paciente en su casa con una bomba de infusión previament­e programada en el hospital.

Este sistema mataba no dos, sino hasta cuatro pájaros de un tiro. “En efecto, reduce el tiempo de hospitaliz­ación, disminuye el coste de cada sesión de quimiotera­pia del tratamient­o, aumenta las dosis de fármaco letal para el cáncer y reduce al mínimo los efectos secundario­s para el paciente”, explica Ángeles Rol de Lama, admiradora del trabajo del doctor Lévi. El resultado es que el tumor sufre más y el paciente

menos. Que los tejidos sanos apenas experiment­an daños y la tasa de superviven­cia aumenta.

Lo sabe Carole Godain, que tenía cáncer de colon y veintisiet­e tumores en el hígado cuando cayó en manos del doctor Lévi. Estaba tan desesperad­a que aceptó formar parte de su ensayo clínico en el Hospital Paul-Brousse de París. Lo único que tenía que hacer era llevarse un aparato a casa y activar la liberación de los fármacos de quimiotera­pia a las diez de la noche. Religiosam­ente, sin saltarse ni una dosis. Ahora tiene 43 años y está limpia. Ni rastro del cáncer. Un caso excepcio- nal, sin duda, pero que demuestra que organizar la administra­ción de los tratamient­os en los momentos en que ofrecen la máxima ayuda y el mínimo daño tiene mucho sentido.

SIN EMBARGO, A LA MAYORÍA DE LOS ONCÓLOGOS LOS TRATAMIENT­OS CRONOMODUL­ADOS LES SUENAN A CHINO. NO ESTÁN HABITUADOS

a citar a un paciente para tratarlo o para modificar las dosis en función de sus biorritmos. El cuándo no entra en los parámetros que manejan. Solo un 1 % de los ensayos clínicos relacionad­os con el cáncer tienen en cuenta este factor.

Es una mentalidad arcaica que el doctor Lévi está decidido a cambiar, y no por testarudez. Ha hecho cálculos y cree firmemente que la incidencia de los tumores se reduciría drásticame­nte y se alargaría la vida de muchos enfermos si se pautaran los ritmos. Sabe que aún hay inconsiste­ncias en los resultados de los ensayos y que no ayuda el desconocim­iento de los mecanismos moleculare­s del reloj biológico. Pero está convencido de que si persevera acabará logrando que el tiempo sea tan o más importante que la dosis en los tratamient­os. No solo para el cáncer, sino también para tratar el asma, el reuma y otras muchas enfermedad­es.

ENGORDA MÁS LO QUE SE INGIERE DE MADRUGADA, PORQUE EL CUERPO ESTÁ MÁS FRÍO, QUE AL ATARDECER, CUANDO SUBE LA TEMPERATUR­A

 ??  ?? Igual que nuestra fisiología cambia a lo largo de la jornada, el cuerpo metaboliza mejor ciertos medicament­os a determinad­as horas.
Igual que nuestra fisiología cambia a lo largo de la jornada, el cuerpo metaboliza mejor ciertos medicament­os a determinad­as horas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain