2024: EL AÑO EN EL QUE LA NASA VOLVERÁ A LLEVAR HUMANOS A LA LUNA
Lo dejó caer Donald Trump al poco de llegar a la Casa Blanca, y el pasado 26 de marzo dio una fecha su vicepresidente Mike Pence, en la quinta reunión del Consejo Nacional del Espacio, que se celebró en el Centro Espacial y de Cohetes de Huntsville (Alabama): “Volveremos a enviar astronautas a la Luna en cinco años”.
Es decir, en 2024. Jim Bridenstine, administrador de la NASA, tuiteó ese mismo día: “Desafío aceptado. Ahora, a trabajar”. Y tendrá que ser rápido y hacerlo muy duramente, porque el objetivo no es solo regresar a nuestro satélite; también se construirá una nave –la Ga
teway– que orbitará de forma permanente la Luna y servirá como estación intermedia para un viaje mucho más largo: el trayecto a Marte, que la NASA pretende acometer en 2033. NORTEAMÉRICA, PRIMERO. Pence ha sido claro: hay que mantener el liderazgo estadounidense en el espacio, amenazado a medio plazo por China, que ya ha alunizado con varias sondas. “Esta vez vamos allí para quedarnos –afirma Bridenstine–; y lo que aprendamos nos servirá para el próximo salto de gigante: enviar astronautas al planeta rojo”. La agencia espacial estadounidense está construyendo la nave Orión, que en un lustro llevará hombres y mujeres –siempre norteamericanos, recalca la NASA– a la Luna, y luego al espacio profundo. La lanzará desde el Centro Espacial Kennedy de Florida el cohete más potente de la agencia, el SLS (siglas inglesas de sistema de lanzamiento espacial).
Varias misiones –en las que participarán cohetes de empresas privadas– irán poniendo en órbita lunar los elementos que compondrán la miniestación espacial Gateway, punto de aprovisionamiento de las expediciones a la Luna, donde los estadounidenses prevén hacer algo más que ciencia: nuestro satélite posee recursos –agua congelada, helio, minerales...– de gran valor económico.