LO MEJOR PARA CONSTRUIR UN MUSEO DE ROBOTS ES, PRECISAMENTE, UN MONTÓN DE ROBOTS
Ese huevo gigante de arriba se alzará en Seúl, capital de Corea del Sur. Será la sede del Museo de la Robótica, y abrirá en 2022. Muy apropiadamente, su construcción correrá de la cuenta de un equipo de obreros que no se cansan, no protestan, no enferman y no cobran: robots, drones e impresoras 3D. El diseño sí es responsabilidad de humanos –esperemos que cobren–: los del estudio de arquitectos Melike Altinisik Architects (MAA), de Turquía.
LA OBRA, LA PRIMERA EXPOSICIÓN. Las máquinas se pondrán tuercas a la obra en 2020: habrá robots que construirán la fachada curva metálica; otros moldearán, soldarán, ensamblarán y pulirán numerosas partes de la estructura; algunos participarán en los procesos de impresión en 3D de los elementos que compondrán los alrededores del museo y este mismo; y un enjambre de drones volará en el papel de estrictos capataces a cargo del mapeo de las instalaciones, la inspección y el control del trabajo de las obedientes máquinas.
Melike Altinisik, fundadora y directora del estudio MAA, presume de obra antes incluso de su inauguración: “La construcción por parte de los robots del Museo de la Robótica será la primera exposición de este”. El Gobierno surcoreano quiere que el centro sea una referencia internacional en la divulgación de la robótica, una tecnología que está cambiando la forma de trabajar. Una vez acabado, la instalación acogerá –además de robots– exhibiciones temporales y permanentes de inteligencia artificial, realidad virtual y aumentada, talleres...