NI MILAGRO NI PIEZA ÚNICA
EL ARGUMENTO DE QUE NADIE HA LOGRADO REPLICAR ESTA RELIQUIA CRISTIANA ES IRRELEVANTE. Y, ADEMÁS, SÍ QUE SE HA HECHO. AUNQUE EL CARBONO 14 haya demostrado que la tela es del siglo XIV, uno de los mantras de la sindonología para defender la autenticidad de la sábana santa es que nadie ha conseguido replicarla. Lo repiten cada dos por tres autores, como John Jackson, para quienes la imagen es consecuencia de la energía liberada durante la resurrección. Lo que no explica nadie es por qué esa supuesta energía se emitió solo en vertical, ya que en el sudario no están impresas las partes laterales del resucitado.
Este razonamiento tiene otros dos graves fallos. El primero, y más evidente, es que ignorar cómo se hizo algo no es una prueba de milagro; solo significa eso, que no sabemos cómo se hizo. El segundo es que, por mucho que digan que nunca se ha replicado la sábana, sí se ha conseguido. Lo logró el químico italiano Luigi Garlaschelli en 2009 con el cuerpo de un voluntario, el rostro de un bajorrelieve, una sábana y pintura. Empleó para ello la técnica del frotado, algo parecido a poner un papel sobre una moneda y frotar con un lápiz. La imagen resultante no solo se asemejaba a la de la reliquia, sino que además también era un pseudonegativo, poseía información tridimensional y presentaba las mismas propiedades espectroscópicas que el original, según explicó el científico de la Universidad de Padua en el Journal of Imaging Science and Technology.