Su salud es nuestra salud
El grave estado en el que se encuentran hoy los vegetales nos concierne. Y no solo porque dependemos de ellos y somos responsables de su extinción, también por todo lo que estos seres vivos todavía nos pueden aportar. “La desaparición de cualquier especie, principalmente vegetal, nos puede privar de productos que podrían resultar claves para la medicina, la energía o cualquier materia prima que incluso hoy podríamos desconocer”, subraya Ildefonso Bonilla, catedrático de Fisiología Vegetal de la Universidad Autónoma de Madrid.
Imaginemos las consecuencias de no haber descubierto a tiempo plantas tan relevantes para la medicina moderna como la amapola Papaver somniferum, de la que deriva la morfina; o el árbol Taxus brevifolia, del que procede el taxol, un fármaco antitumoral empleado por millones de enfermos; y la Artemisa annua, a partir de la cual se han sintetizado los principales fármacos que se han creado contra el paludismo –o malaria–, y cuyas terapias fueron premiadas con el Nobel de Medicina en 2015.
Del mismo modo que estas plantas han sido trascendentes para nuestra salud, también lo pueden ser muchas de las especies que se encuentran en peligro de extinción o que todavía no han sido descubiertas por el ser humano. Y ello es extrapolable a cualquier otro ámbito, más allá de la medicina.