COSA DE HOMBRES
Los órganos genitales son una de las zonas del cuerpo más sensibles; por eso hace falta tenerlo muy claro antes de perforarlos. A la hora de escoger el tipo de pirsin, no son pocas las opciones posibles. En el caso de los varones, por ejemplo, los más comunes se colocan en el escroto –como el pirsin Hafada– o en el glande del pene –caso del pirsin Ampallang (que atraviesa de lado a lado, horizontalmente, el glande), el pirsin Apadravya (que lo atraviesa verticalmente) o el pirsin Dydoe (que se inserta en la corona del glande)–. De estas perforaciones de alto riesgo, quizá la más célebre sea la que se realiza en los varones entre la salida uretral hasta la conjunción entre el glande y el tallo del pene, de forma que pueda insertarse una pieza anillada, y que se conoce con el nombre de Príncipe Alberto. Lo sabemos: duele con solo pensarlo. Su origen es desconocido, pero el nombre parece provenir de una leyenda que atribuía a Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha (esposo de la reina Victoria de Inglaterra) el llevar uno con fines puramente funcionales: que su pene se sujetara a la botonera del pantalón, de forma que siempre estuviera estirado bajo la tela –marcando paquete–, o para evitar la acumulación de la sustancia llamada esmegma y eludir así infecciones como la balanitis, pues con este pirsin el prepucio siempre se encuentra retraído.