CRISÁLIDAS DE MARIPOSAS Y VIRUS, LAS BIOFÁBRICAS BARATAS DE VACUNAS
Producir vacunas es complejo y largo: conseguir un lote lleva hasta tres años de trabajo, sujetos a imprevistos que a veces desabastecen el mercado. Algenex, una empresa del Parque Científico y Tecnológico de la Universidad Politécnica de Madrid, ha desarrollado una tecnología que abarata y simplifica el proceso productivo de vacunas de nueva generación. Llamada Crisbio, se basa en el uso de crisálidas de mariposas de la col y baculovirus, una familia de virus que las infecta. Cuando las larvas de este lepidóptero se están transformando en polillas, se les inyecta un baculovirus modificado genéticamente para expresar una proteína que constituye la molécula básica del medicamento o vacuna a producir. El virus ejecuta entonces lo que le es propio: reproducirse a toda velocidad en el interior del insecto que lo hospeda, lo que implica la multiplicación de la proteína terapéutica. Ya solo queda extraer esta de las crisálidas.
Según José Ángel Escribano, investigador y fundador de Algenex, es un proceso mucho más barato que el uso de biorreactores –recipientes o sistemas que mantienen un ambiente biológicamente activo–, y asequible para técnicos sin una alta cualificación, de ahí que resulte ideal para países en vías de desarrollo y empresas de tamaño medio, que pueden así competir con las grandes farmacéuticas.